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Año XII, vol 10, N°3, diciembre de 2001

Deprivación onírica, depresión,

seguida de homicidio

Lucio E. Bellomo1

Summary

The author treats a medical forensic case of a single man who was fifty six years old and worked as nocturnal private policeman keeping a bank. This man killed a laborer who was doing a job maintenance into the bank just beside a risk area near the boxes savings. The guardian killer didn’t know about the worker because the authorities of the bank hadn’t advised him that the laborer would have been working there that night. The murder was committed by this private policeman at the moment he felt in a strong mental disorder. In fact, he was sleepless because of his job and with a depression caused by his sister’s death in an accident the day before the crime. He hand’t been able to say the last goodbye to her.

He suffered depression and stress added to the insommium that was of forty hours at that time.

He confused a tool the worker had in his right hand with a gun so he shot the worker and killed him. He was in a such wrong psychic state that he mixed up the laborer with a thief. All this happened because unexceptedly one onirical REM-phase fell into the policeman awareness. He want just ending his nocturnal corporal’s round. From a medical psychiatric point of view, this abnormal disorder in the policeman happened because of an optical illusion, since he saw a gun in the worker’s hand instead of a tool, together with other optical and acoustic hallutinations. The medical forensic psychiatric check-up informs that the policeman was under a critical condition in a great psychotic disorder. The disorder was setted in the axis one of DSM IV as 307.42 + 309.

He was overstressed in a depressive state condition, with a long insommium (forty hours) before the crime. Of course, when he shot the worker he couldn’t realize his criminal behaviour and could have never managed this special situation. His reflex system had changed and he shot the worker involuntarily and killed him under a delusional state. The court said that the crime wasn’t commited intentionally and the shot wasn’t vonluntary. The judged said so based on the scientifical medical check-up, clinical and psychological tests, together with the environment reasons who involved the case. Finally, the author comments the riskiness of work under sleepless and overstress conditions with illustrative extracts in medical duties, the use of drugs against the insommnium and the fatal accidents caused by errors for being under such disorders, as the recent disaster of Chernobyl accident [4-86].

Introducción

El presente estudio se elaboró conforme a lo solicitado por el Ministerio de la Fiscalía de un Tribunal Oral de la Capital Federal [Causa Nº 382 Andrés E. s/ Homicidio simple] en referencia a los hechos que a continuación se detallan.

Antecedentes del caso

El causante, que llamaremos Andrés E.        -por razones del secreto médico- fue detenido en febrero de 1997, por “tentativa de homicidio”, en una primera etapa -tal fue su carátula- para luego transformarse en homicidio, por el fallecimiento de la víctima.

El actor de 56 años de edad, oriundo de Entre Ríos, sin hijos, soltero, en convivencia con su compañera, se desempeñaba como custodio y empleado de seguridad en el entonces Banco de Crédito Argentino.

Este tomó notoriedad en la Argentina, luego del asalto realizado por “boqueteros” en la noche del 4 al 5 de diciembre del mismo año, en el que fuera robada una suma considerable de la Sucursal Callao del citado Banco y en las que fueron violentadas numerosas Cajas de Seguridad y en el que jamás se hallaron pruebas fehacientes de los delincuentes a pesar de las numerosas investigaciones realizadas.

El citado Andrés E., como explicábamos, cumplía tareas de custodio en dicho Banco como empleado de una Empresa de Seguridad, con el horario de 21 a 9 hs., o sea, una jornada de 12 hs.; la recuperación onírica, la realizaba por la tarde.

En su historia clínica, sus datos no registran antecedentes dignos de mención. Padre fallecidos, ambos por edema pulmonar, cuenta con tres hermanos; uno desaparecido y la hermana recientemente fallecida que es incorporada al tema que nos ocupa.

En efecto, la muerte repentina e inesperada de una hermana, que vivía en Entre Ríos, dio comienzo a las vivencias depresivas e inicio del duelo normal, en la mitad de los acontecimientos de su causa, como luego veremos.

Con nivel de escolaridad primaria y de secundario parcial, estudió desde joven, en la Escuela de la Policía Federal, ejerciendo como policía egresado, hasta su jubilación acaecida a los 50 años de edad. Psicofísicamente sano.

Cronología de los sucesos acaecidos [hechos]

Andrés cumplía sus obligaciones en el citado Banco en las horas citadas [21 a 9 hs.]. Durante las horas de custodio-sereno, debía pasar por una serie sucesiva de puestos denominados “rondín”. Son llamados así, porque el custodio debe girar una llave, en el citado pasaje, que atestigua que éste ha transitado durante la noche, testimoniándose así, la hora y el día de su paso por el mismo.

El día 13-12-96 al 14-12-96, toma el turno y lo trabaja de manera completa; llega a su casa en Ituzaingó, cerca de las 10 hs. y recibe de su compañera la noticia de la muerte repentina de su hermana en Entre Ríos. Conversa con su pareja sobre la necesidad que siente de viajar allá, para estar en el velorio y entierro, pero advierte con pena y desazón, que no le alcanzan los recursos económicos para hacerlo. Avisa, no obstante a la Empresa de Seguridad que se halla de duelo, por lo que les solicita “encuentren un reemplazante” (sic), en el turno de la noche del 14 al 15, sin éxito, pues le refieren “que, no poseen reemplazante y que debe trabajar”. Andrés avizora que si no trabaja puede quedar despedido (sic).

La tarde del 14-12 no duerme ni descansa; concurre a trabajar malhumorado, dolorido por la pérdida de su familiar, contrariado, y deprimido. Toma su turno 3 hs. más tarde de lo acostumbrado, o sea a las 24 hs. del 14-12, con la esperanza que “quizás le consiguieran reemplazante” (sic).

Entre las 7- 7:30 hs. del 15-12, habiendo ya pasado el último rondín, en el Banco citado, escucha ruidos desde la zona vecina a las Cajas de Seguridad. Entendió que podría tratarse de ladrones “boqueteros”, y se dirige al área donde escucha los ruidos, en actitud de extrema alerta, con su arma reglamentaria.

Para ilustrar mejor pondremos el texto exacto de su extensa declaración indagatoria de fs. 112-138...en su parte más importante... “comienzo el descenso a la zona descripta... llegando al primer subsuelo, sigo escuchando ruidos más intensos, me hallo con su pistola Browning 9 mm. desenvainada, con gatillo montado, con proyectil en la recámara... entro al recinto y observo a tres individuos desconocidos, con picos y palas, que se sorprenden al verme...les doy la voz de alto, que suelten las herramientas y se pongan cara a la pared...logrando ponerlos en ésta postura, ...grito para ver si hay alguien más, advirtiendo con sorpresa que sale en forma imprevista un individuo detrás de un archivo un sujeto portando un arma en su mano derecha (sic, declaratoria)...le disparo, el sujeto cae, me acerco a sacarle el arma, y observo con estupor “que no existía tal arma y que se trataba de un cortafierro” ...y siento los gritos de uno de los que se hallaban trabajando que me dice:

“-¡hijo de puta... mataste a mi padre!”... “¡no ves que somos de mantenimiento y estamos trabajando!”...(sic)

Efectivamente eran de mantenimiento, pero el Banco había omitido avisar a la Empresa de Seguridad y ésta, al Banco, del trabajo al custodia. Andrés reacciona desesperado y atolondradamente asistiendo al sujeto y pide una ambulancia. Del mismo tenor, son las declaratorias de las demás parte, incluso del hijo de la víctima, que a la sazón se hallaba trabajando en el desdichado lugar, escenario de las heridas sufridas de su padre, con su posterior muerte.

El Banco, no había avisado a la Empresa de Seguridad, y por ende, ésta no pudo advertirle a Andrés E. que iba a concurrir personal de mantenimiento a trabajar en horas de la madrugada, con las lamentables consecuencias descriptas.

Consideraciones teóricas cronobiológicas y médico legales psiquiátricas

Podríamos realizar extensas consideraciones científicas respecto a la etapa precriminogénica con la descripción de las distintas etapas del sueño normal sumado a las consecuencias fisiopatológicas por la deprivación onírica vivida sumado al duelo normal por la muerte de la hermana, más el estrés consiguiente en relación al estado de sobrealerta que vivía el actor en los momentos previos a los hechos.

Es por ello, y en virtud de la complejidad del caso, que el Ministerio de la Fiscalía, lleva el caso a la peritación forense, con el fin de que se determine:

1- Incidencia que pudo tener en el actor el fallecimiento de un familiar, en su estado físico y anímico,

2- Incidencia sobre el estado de sus reflejos dentro de las 24 hs. de producido el deceso a que se hace referencia,

3- Incidencia en su capacidad de razonamiento crítico,

4- Incidencia del hecho por su falta de descanso.

Como decíamos, deberíamos hacer en honor a las preguntas que se nos inquieren, una breve reseña de las fases del sueño normal, y de su probable patología para este caso en particular.

De modo sumario expresamos que el ciclo global del sueño, incluye la fase de no-REM o sueño lento [NREM] con sus distintos estadios (del 1 al 4) y la fase REM o de sueño paradojal [SP], con la producción de imágenes oníricas. En el primer período del sueño nocturno, predomina el NREM; en la última parte: el REM. La primera fase de sueño lento [SL] hasta el primer período REM, se denomina “fase de latencia”, hallándose un 20-25 % de sueño paradojal y un porcentaje del 20 al 50 % del NREM, en el sujeto adulto, por datos estadísticos; teniendo el NREM, un mayor monto en el niño con disminución en la senectud(1,2,3). Ahora bien, el sueño, posee un “elenco” (Affani, 2) de manifestaciones somáticas, vegetativas, bioeléctricas y psíquicas características.

Desde la vigilia, con el predominio del ritmo alfa [9-13 c/s], un sujeto normal cae al sueño lento profundo (estadio 4) luego, pasando por una serie de gradaciones cuyos rasgos más sobresalientes, son: la paulatina instalación de atonía de la musculatura estriada, descenso de la temperatura corporal, de la presión sanguínea, y finalmente la aparición de “spindles” u ondas lentas delta, de 2-4-c/s. y de 75 microV. Dicha etapa es singularmente importante y necesaria para que sobrevenga, luego, el SP o fase REM.

La fase REM [SP] posee atonía general, con excepción de los músculos extraorbitarios, del oído medio y del diafragma, que se debería a influencias inhibitorias desde el tronco cerebral que descienden por las motoneuronas espinales. Además, existe producción psíquica onírica con alucinaciones visuales, auditivas, táctiles, olfatorias, cenestésicas e ilusiones sensoperceptivas, muchas de las cuales son facilitadas, por los estímulos propios del entorno del durmiente.

Existe somáticamente erección peneana, dato médico legal importante, para realizar el diagnóstico diferencial en el que se aduce “impotencia orgánica”, en los delitos contra la integridad sexual. Neuroquímicamente, el SL [NREM] es “trofotropo”, por liberación del sistema colinérgico, histaminérgino y glutaminérgico; y el SP [REM], es “ergotropo”, con liberación adrenérgica y de 5HT (Jouvet, M. [1962-1965] citado por Aballone, 1- op.cit. pp. 62-63).

El esquema de la periodicidad del ciclo del sueño completo, sería el del diagrama siguiente, en el que se expresan los valores promedios estadísticos, para los tiempos de las fases REM [SP] y NREM [SL] respectivamente en sujetos adultos.

 

Ahora bien, la deprivación onírica aumenta el monto porcentual de la fase REM [SP] en un 75 %, por lo que está demás expresar la trascendencia neurofisiológica, neuroquímica y psíquica, si éste repertorio somático, vegetativo y bioeléctrico, se altera, con las consiguientes repercusiones en la esfera de la salud mental.

Es más, se han detectado en enfermedades mentales severas como la esquizofrenia, un déficit significativo del SL y en la depresión mayor bipolar, una acortamiento del período de latencia REM(7,13,14). Más adelante, veremos, las repercusiones sociales de la deprivación onírica.

Ahora bien, en el caso particular que tratamos y luego de un prolijo estudio psicopatológico, neurobiológico y bibliográfico, expresamos, que el sujeto se hallaba en estado de deprivación onírica de aproximadamente 38-40 hs., en el momento del hecho, sumado a un estado de sobrealerta, estrés y depresión producida por la muerte de su hermana, estado que podemos definir por el DSM IV [309.00] como “desorden adaptativo primario, por duelo más estrés y con ánimo depresivo”.

La pérdida de un ser querido conlleva como reacción normal el inicio de un proceso de duelo, con sentimientos de tristeza y culpa, bien conocido en sus psicodinamismos, por los sentimientos ambivalentes, de amor y odio, respecto del Objeto perdido. El Yo busca lograr una sublimación y preeminencia del amor sobre el odio, realizar el proceso de reparación, con la estabilización posterior y la aceptación que la pérdida acarrea(9).

El psiquismo se torna lentificado y taciturno, puede haber mentismo, rumiación de hechos pasados en relación al Objeto, afecto displacentero, culpa, tristeza, contrariedad, llanto catártico, con hipobulia, en la esfera de la actividad.

Su duración depende de cada sujeto en particular, influyendo en ello la edad, sexo, constitución, fórmula psicoendocrina y metabólica, pero que desde el punto de vista físico se puede expresar por astenia, fatigabilidad fácil, insomnio o hipersomnia, anorexia o hiperorexia, siendo más factible lo primero.

Pero a todo ello, se debe sumar el estrés de la deprivación onírica, que se tradujo en un sobreestrés, con manifiesto estado de hiperalerta, y exaltación de los reflejos              [hiperreflexia], en virtud, no sólo por la falta de descanso sino de la gravitación del estado afectivo en el inicio del proceso de duelo.

Las tareas asalariadas nocturnas, según la bibliografía consultada(4,5,6) producen de por sí, una modificación de los ritmos circadianos, en los que están, obviamente incluidos, los de la fases REM- no REM, del sueño. La deprivación onírica sostenida, más su estado anímico subyacente, llevó al sujeto a creer, por ejemplo, que el cuarto sujeto que lo sorprende detrás de un armario, lleva un arma, cuando se trata de un cortafierro. Esto comporta un “ilusión” [léase “deformación de la percepción del objeto real(12)], alteración sensoperceptiva, ocasionada por la intrusión de la fase REM, en el seno de una vigilia particular, considerada en estado de hiperalerta, sobreestrés a la que se suma el fondo mental depresivo, propio del inicio de un proceso de duelo debida a la reciente pérdida de su hermana.

Bueno Delgado, y col. (4- opus. cit.; pp. 1049-50) llama a este fenómeno, “sueño disociado”, en el que existe un trastorno del comportamiento REM (“parasomnia REM”) y conducta desajustada aparentemente vigil con violencia eupráxica o dispráxica, con o sin terror o pánico. No olvidemos que, entre las consecuencias de la deprivación onírica, suelen existir alteraciones sensopercetivas        -alucinaciones, ilusiones con colorido paranoide y extrema angustia- interpretándose la realidad de manera persecutoria, como se ha podido comprobar en los sujetos que se prestaron voluntariamente en la experimentación de maratones con deprivación onírica(5). Affani, J.M.(2,3) recuerda que dicho estado es particularmente habitual en la narcolepsia.

Recientemente en relación a las consecuencias negativas sociales por deprivación onírica, Greenhalgh, J. y Cozens(6) han comprobado con sorpresa, que dentro de la profesión médica, en una encuesta anónima sobre 225 médicos, la deprivación onírica sumada al estrés de la guardia ocasionó, en un 40 % ansiedad y angustia; 8 % de estados depresivos; 7% con errores serios lindantes con la muerte; y en dos casos, los investigados se atribuyeron el deceso innintencional, por mala praxis, en virtud de su estado.

A ello hay que agregar los accidentes catastróficos en la usina atómica de Chernobyl en abril del año 1986, con severas repercusiones radiactivas sobre seres humanos y ecológicas; en la industria química de Bophal, con más de 7000 muertes en la India, y en las usinas de Tree Mile Island (EUA), las cuales según investigaciones recientes obedecieron a falencias por déficit onírico(8,10,14).

En este caso, también existió un lamentable y gravísimo error, no sólo respecto al sujeto por trabajar en semejantes condiciones, cansado, fatigado, y en el inicio de un duelo causado por la pérdida de su familiar, sino por los equívocos atribuibles al entorno laboral, provocados por no haber sido suplantado el actor en dicho estado y a la vez no advertir el Banco, a la Empresa de Seguridad, que trabajarían boqueteros en la madrugada del hecho, en la zona vecina a las Cajas de Seguridad.

El trastorno del causante fue merituado psiquiátricamente por el DSM IV [Diagnostical Stadistical Mental, 1994] en el eje I dentro de los ítems 307.42 + 309.0, en los que se glosa “insomnio relacionado con trastorno adaptativo sumado a estado de ánimo depresivo”.

Conclusiones

1- El actor, 56 años de edad, sano, protagonizó un lamentable episodio, donde mató a un supuesto ladrón “boquetero”, y fue rotulado como homicida.

2- Dicho homicidio, se perpetró en el estado de una alteración morbosa de la conciencia vigil, provovada por una deprivación onírica de por lo menos 38-40 hs. con sobreestrés, hiperalerta, y en el comienzo de un proceso de duelo, ocasionado por la muerte de su hermana, de la cual tomó conocimiento 24 hs. antes del hecho.

3- El estado mórbido citado produjo una intrusión de la fase REM, en el seno de una vigilia forzada, con sobreestrés, y en estado depresivo, que se rotula como alteración adaptativa primaria, con estado anímico depresivo [DSM IV, eje I: 307.42 + 309.00] con la producción de alteraciones sensoperceptivas: ilusiones y alucinaciones, con colorido persecutorio, sostenidas con fuerte y vigorosa reacción emotiva.

4- Dicho estado puede haber provocado hiperreflexia, exaltación del ánimo, con reacciones conductuales del tipo ataque-defensa, en detrimento de la dirección de los actos y comprensión de lo que estaba realizando, que hacen pasible al actor, de la excepción del estado vigil consciente, con alteración morbosa de sus facultades mentales, en su proceder, por lo que no pudo comprender la criminalidad de los hechos ni dirigir su accionar, en el momento del hecho.

5- Las lamentables consecuencias de un hecho en sí, cuasi fortuito como el descripto, no es de la práctica común en el campo de la psiquiatría forense, y como tal, se pone como ejemplo ilustrativo, de las graves consecuencias que implica una deprivación onírica como la señalada sumada al estado depresivo reactivo, y en inicio de un duelo.

6- La sentencia del Tribunbal Oral Criminal interviente desinculpó al actor como homicida doloso, merituándo el hecho como “homicidio culposo”, exarcelando al sujeto de la prisión conculcada en un inicio.

Bibliografía

1.- Aballone, J.C.: “Psicofisiología de los estados de conciencia” en “Psicofisiología”, Ed. Talin SA, Cap. II, pp. 51-83; 1971.

2.- Affani, J.M.: Cervino, C.O.: “El sueño: hechos y reflexiones- Parte 1”, Rev. Neurociencias, Año 2, Vol. 5; pp. 48-58; julio, l998.

3.- Affani, J.M.: (comunicación personal).

4.- Bueno Delgado S. y col.: “Psiquiatría Legal y Forense”; pp. 1045-1056-57; Ed. Codex; 1994. España.

5.- Department of Health, Education and Welfare; USA “Current Research on Sleep and Dreams”, l970.

6.- Cozens, J., Greenhalgh,J.: “Doctors´ perceptions of the links between stress and lowered clinical care”- Soc. Sci. Med.; 1997; apr. 44(7):1017-22.

7.- Ey, H.y colab. “Psychopshysiologie du sommeil et Psychiatrie”; Masson, l974.

8.- Fischer, Marina F.; Moreno, Claudio; Menna Barreto: “Aplicaciones de la Cronobiología”, en “Cronobiología”; pp. 263/279, Eudeba, Bs.As. 1997.

9.- Grimberg, L.: “Culpa y Depresión”; Ed.Paidós, Bs.As.;1968.

10.- Kershavan, M.S.; Reynolds Ch. y col.: Arch. G. Psy. 1998; 55: 443-448.

11.- National Sleep Foundation [NSF]: vol. 4- No.2, l998.

12.- Porot, A.: “Diccionario de Psiquiatría”; tomo II, pp. 635-636, 1967.

13.- Sadok-Kaplan: “Tratado de Psiquiatría”; 1997-98, Ed. Intermédica.

14.- Viot-Blanc, V.: “Troubles du sommeil de l´adulte, hypersomnies, parasomnies et troubles circadiens”; EMCh. Psychiatrie, Vol. 103 [7-8-9/2000] 37680 A-06. Paris. France.

15.- Warnes,H.: en “Psiquiatría Biológica”, Alteraciones de la fase REM; pp. 207-213, Ed. Cangrejal; Psi/APSA.

 

Nota al pie:

1 Profesor Adjunto de Salud Mental de Psiquiatría. Jefe de Servicio Psiquiátrico “San Juan” del Hospital Moyano, Brandsen 2570, Capital Federal, Argentina. Médico Forense de la Justicia Nacional. Agradezco profundamente la colaboración prestada para la realización del presente trabajo a la Dra. Margarita Blanco (Jefe de Laboratorio de Sueño del Hospital Francés). Asimismo, al Dr. Affani, su especial contribución.

 

 

 

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