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ALCMEON 48 Año XV - Vol.12 Nro. 4- noviembre de 2005 pag. 323 a 332
www.alcmeon.com.ar alcmeon@gmail.com
ISSN 0327-3954 ISSN 1514-9862 (Internet)
Conferencia Inaugural del 12º Congreso Internacional de Psiquiatría de la AAP, octubre de 2005
El origen del neocortex
Juan Carlos Goldar
Señores:
El estudio de la mente humana debe comenzar con una pregunta cuya respuesta es, a la vez, la verdadera propedéutica, la verdadera preparación para el estudio de la mente humana. La respuesta la trataré de dar hoy.
La pregunta es esta. ¿Qué tiene en común la mente del hombre con la mente de los demás animales? Y ¿qué tiene de propio la mente del hombre? Todos ustedes pensarán que conocen la respuesta, sin embargo esa respuesta hasta ahora no ha sido dada.
Muchas cosas que se atribuyen a la mente humana han sido descubiertas desde hace siglos en los restantes animales, en especial el lenguaje y la comunicación, que uno pensaría que sólo son patrimonio del hombre.
Contestar esa pregunta, contestar qué es lo propio de la mente humana y qué es lo que la mente humana comparte con los animales, es llegar a conocer el sentido de la mente humana. Y el camino para contestar esa pregunta es el estudio del origen del cerebro humano.
Habitualmente se habla de la evolución del cerebro, término que ha sido usado, desde mi punto de vista, incorrectamente o sino exageradamente, aunque el término más correcto sería impropiamente.
Durante toda mi vida he tratado de ver de qué manera, posee, el cerebro del hombre, el cerebro de los animales. Cuando comencé a trabajar con mi maestro Diego Outes, tenía toda la colección de anatomía comparada de iad , del profesor iad , del viejo iad , en los cajones, todos los animales de nuestra fauna estaban ahí, cortados sus cerebros. Lo que yo veía era anatomía comparada pero no podía saber de qué manera se pasaba de una especie a otra y si es posible que se pase de una especie a otra.
El camino que vamos a seguir hoy es corto pero denso. Hay dos grandes teorías acerca del origen de las cosas, de la vida, hay dos grandes teorías acerca del origen de lo viviente. En una teoría, podemos llamarle ‘revolucionaria’, las cosas en la vida ocurren súbitamente, por revoluciones, por hechos catastróficos, los cambios son catastróficos, revolucionarios, súbitos; el padre de esta idea, en occidente al menos, es Georges Cuvier, el fundador de la paleontología. Del otro lado, el ‘espíritu sereno’, nada de grandes cambios, nada de catástrofes, todo ocurre serenamente, gradualmente, lentamente; el padre de esta idea, el campeón de esta idea, es Jean Baptiste de Monet, Caballero de Lamarck. Ahí están los dos grandes hombres y las dos grandes ideas sobre la génesis de la vida misma. Cuvier representa la revolución, el comienzo súbito, la catástrofe. Lamarck representa lo gradual, lo lento. Ubíquense ustedes en que esta gente estaba viviendo, ambos, tanto Cuvier como Lamarck, en la época de la Revolución Francesa. Cuvier siempre fue un revolucionario y Lamarck, en cierto modo, era un antirrevolucionario. No quiero con esto hacer ningún juicio político, todo lo contrario, estoy mostrando el carácter de ambas personas, lo que abrazaban en el mundo biológico lo abrazaban también en el mundo político. No era ideología política. Era el carácter de cada uno de ellos. Como dice William James, si queremos entender a un pensador y su posición doctrinaria veamos primero cuál es su carácter.
La idea de lo gradual, de lo suave, del cambio gradual, donde se pasa de una especie a la otra gradualmente por medio de la transformación, ahí está la palabra: una lenta transformación. Los monos se han transformado en hombres. Quien piensa así tiene que pensar en los eslabones de la transformación, el mono, todos los eslabones de hombre mono, hasta llegar al hombre, gradualmente. Cómo se fue poniendo bípedo de a poco, el agujero occipital se fue corriendo de a poco hacia abajo, el arco supraorbitario, la visera de los monos se fue achicando gradualmente hasta terminar en estos pequeños arcos superciliares que tenemos, lentamente. Todo es gradualidad. Esa idea lamarckiana, lenta, gradual, la idea de la continuidad, nada de sobresalto, continuo, lento, muchos eslabones, llega a Darwin.
Darwin es la culminación de lo gradual, típicamente británico, flemático, despacio, si corremos no vamos a llegar a ningún lado, despacito –como decía Kant, el flemático es el más feliz de los hombres porque sabe que despacio va a llegar a donde quiere y deja que los demás corran en medio de las catástrofes-. El darwinismo, que es la teoría oficial de la evolución, es una teoría de continuidad, de gradualismo, esa es la selección natural, lentamente el medio ambiente va seleccionando, vos no aprobás el examen, vos aprobás el examen, todos los que aprueban se van sumando gradualmente hasta formar un nuevo ser, lentamente.
El darwinismo, o teoría del gradualismo, tan británica, tan flemática, ha tenido sus varios opositores, por supuesto. En este momento si ustedes le preguntan a un especialista en evolución, dígame el camino hacia el cerebro humano ¿fue un camino lento, gradual o un camino lleno de cosas abruptas, súbitas, catastróficas, revolucionarias? Les va a contestar con pasión en alguna de las dos posiciones. El darwinismo, que fue dominante siempre, está comenzando a cobrar nuevamente enemigos. En este momento hay en el mundo, nuevamente como a comienzos del siglo XX, dos corrientes: gradualismo y catastrofismo. Yo he leído muchos libros de ambos grupos. Es notable de vuelta la ideología política. Los gradualistas son gente distante al cambio brusco y su actitud es un poquito reaccionaria, digamos. En cambio, del lado del saltacionismo existen marxistas en primer lugar. El marxismo es una teoría, como ustedes saben, que sostiene que el cambio histórico es brusco, revolucionario, catastrófico; uno de los grandes hombres de la discontinuidad, del saltacionismo, del catastrofismo, era Stephen Jay Gould, muy comunista, y basaba sus ideas del equilibrio puntuado, o sea del cambio brusco siempre, en citas de Engels, etcétera. Siempre coincide la posición política con la posición científica, el carácter de fondo.
Vamos a preguntarnos, entonces, lo siguiente ¿el cerebro humano ha surgido brusca o lentamente? Primera pregunta. Yo voy a contestar a partir de la primera, para mí surgió abruptamente, les voy a explicar por qué. Una vez que conteste eso me voy a preguntar nuevamente, ya que es producto de un salto ¿qué tiene de propio? y ¿qué tiene en común con los demás cerebros animales?. Segunda pregunta.
Es un tema enormemente difícil, les pido que tengan un poco de paciencia, es muy complicado. De todas maneras quiero decirles esto, recuerdo que Nietzsche decía “el que tiene una convicción es que no quiere ver alguna verdad”, y yo no tengo una convicción sobre este asunto. Sencillamente voy a presentar un lado del problema. Personalmente no me siento inclinado a ser abogado del otro lado, pero no sé si los que tienen razón son los que están del otro lado. Es un problema temperamental, no me gusta Darwin. Decía Nietzsche: “qué encuentra un científico al final de su vida, qué encuentra un pensador al final de su vida, a él mismo se encuentra, lo que ha buscado es lo que él tiene adentro, trabajó para encontrar su instinto”. Lo racional puro, ustedes saben, no existe.
Eso es un corte del cerebro de un feto humano. Fíjense ustedes, en toda la corteza cerebral de este feto hay seis capas, la externa blanca, la segunda oscura, una tercera blanca, una cuarta oscura, una quinta blanca y otra sexta más oscurita. No siempre se distingue bien. Ven ustedes las capas. Es propio del mamífero atravesar durante la gestación por seis capas, eso es lo que Brodmann denominaba la “Sechsschichtung”, las seis capas. Sólo los mamíferos tienen seis capas en el cerebro. Todos los mamíferos, todos los mamíferos, atraviesan el estado de seis capas. Después se pueden ir las seis capas, se pueden tornar en cinco, en cuatro, en siete, en ocho, en nueve, en diez capas, pero todos pasan por esa fase. De la misma manera que todos los embriones tienen cola, hay que pasar por la cola. Tiene arco faríngeo, hay que pasar por el arco faríngeo, después puede desaparecer, se puede transformar en una branquia, se puede transformar en una glándula paratiroides, no importa, hay que pasar por ahí. Hay tipos que hay que atravesar. El mamífero siempre atraviesa seis capas, ningún otro lo hace.
Yo voy a hablar hoy sólo de los vertebrados. Los vertebrados comprenden peces, anfibios, reptiles y mamíferos. No voy a hablar de las aves en especial, voy a hablar de esas cuatro clases de vertebrados.
Esto es, más o menos, la estructura de un cerebro de vertebrado. El cerebro de vertebrado tiene raíces muy simples como el hipocampo y la corteza olfatoria, y luego el neocortex en el medio. Ustedes ven que el neocortex tiene una capa clara afuera, una segunda más densa, una tercera laxa, una cuarta densa, una quinta de grandes células, y una sexta dividida en dos, una sexta compacta y una sexta laxa, seis capas.
Esto es un dibujo que hice, es un mamífero ideal, un mamífero general, se parece un poco a un marsupial pero es un poco más avanzado que un marsupial, un animal que no existe, inventé un cerebro ideal, pero lo que se ve ahí es más o menos la realidad.
Ese es el neocortex, la corteza propia del mamífero, ahí están las viejas cortezas, el hipocampo y la corteza olfatoria o sea el arquicortex y el paleocortex, al lado del arquicortex el periarquicortex, y al lado del paleocortex el peripaleocortex, y en el medio la neocorteza. Esto en el hombre ocupa mucho más que el 98 % de la corteza cerebral. Vamos a ver cómo se ha originado esto.
Todos están de acuerdo en que nosotros venimos de reptiles, o sea, todos están de acuerdo en que si yo quiero saber de dónde viene el cerebro del hombre tengo que estudiar el cerebro de reptil.
Ahí el cerebro de un reptil. Es el cerebro de una iguana. La iguana tiene el hipocampo, una corteza olfatoria, y arriba una corteza dorsal. Todos han dicho que esta corteza dorsal es el origen del neocortex, no hay neocortex pero es el futuro neocortex. Para mi es un error. Acá lo que sucede es esto, ahí están las dos capas estas, esto es parte del asta de Ammón, y esta zona que muchos llaman cortex dorsal, que consideran como un primordium del neocortex, no es otra cosa que el periarquicortex. Lo esencial acá, señores, es esto, hay grandes capas. Fíjense. Una capa profunda, en sus dos partes, una zona laxa en el medio que es la lámina disecante, otra capa laxa, una compacta, y otra clara arriba. Primera capa, segunda capa, tercera capa, sexta capa. Uno, dos, tres, seis. Cuatro capas.
La pregunta es esta. ¿Cómo se pasa de un reptil con cuatro capas a un mamífero con seis capas? ¿Cómo se pasa de una tetraestratificación a una hexaestratificación?
De vuelta comienzan las respuestas. Contesta el gradualista: bueno, se pasa de a poco, primero hay que adquirir la quinta capa, después la cuarta capa, despacito, y así se van formando las seis capas. Contesta el catastrofista: no, esto no es así, de un reptil, del huevo de un reptil sale directamente una corteza con seis capas, nada de gradualismo.
Los catastrofistas, los hombres del discontinuismo, tienen a su favor los hechos de la paleontología. Georges Cuvier, gran catastrofista, decía se equivocan mucho esos que piensan –se refería a Lamarck- que todo son eslabones graduales, no, no, yo que estoy en las capas de la tierra sacando restos no encuentro eslabones intermedios, paso de un estrato que tiene una especie al estrato siguiente que tiene la otra especie, es completamente distinto y no hay ningún eslabón en el medio.
Darwin estaba preocupado por esta cuestión, el era un gradualista, soñaba con que debajo de la tierra estaban los eslabones de lo gradual, pero no hay eslabones. El decía: lo que pasa es que el registro fósil es imperfecto, ya llegará un día en que los paleontólogos van a descubrir todos los eslabones intermedios, si no lo consiguen es porque bueno… han desaparecido, no todo se ha fosilizado.
Del lado opuesto, o quizá de un lado neutro, los paleontólogos, los excavadores, siempre dicen “si, se dice que un día se va a encontrar el eslabón perdido entre las especies, pero nosotros sabemos que no es así”. Un estrato y una especie, paso a otro estrato y otra especie, eslabones en el medio, graduales, no hay. Ustedes demuéstrenme la evolución del caballo, van cambiando los deditos del caballo. El eoceno, el oligoceno, el mioceno, el plioceno, el pleistoceno, el holoceno, ustedes miran y son doce caballos, doce restos fósiles en 70 millones de años. Esos no son eslabones, qué hay entre cada uno de ellos, nada.
Este es el problema. ¿Cómo se puede saltar de una estructura a la otra? ¿Cómo puede una madre simia parir un hijo que no sea simio? ¿Cómo es esto posible? ¿Es así o hay que confiar en el eslabón perdido? Los gradualistas dicen eslabón perdido. No hay eslabón perdido, no existió nunca ningún eslabón. Lo que hay entre una madre simia y el hijo hombre es un salto en el abismo, ha aparecido una cosa completamente nueva. Otto Schindewolf decía, casi ‘in extremis’, del huevo de un reptil salió un ave, no pasos intermedios, todo ocurre catastrófica, revolucionariamente. ¿Cómo es esto posible? Esa es la pregunta. Porque si no contestamos esto, no podemos saber qué tiene el hombre de común con el animal y qué tiene de propio.
Tengan un poco de paciencia, me pasé toda mi vida pensando en estas cosas. iad stas me agarró un embale encontrando una solución y creo que debe ir por este lado. Una conferencia debe ser una idea original, sino no vendría a la conferencia.
Por ejemplo, todos los vertebrados, peces, anfibios, reptiles, mamíferos, son capaces de volar. Las aves vuelan por supuesto. Hay peces voladores ustedes saben, hay peces que vuelan y cómo vuelan, el pez exocet o exocoetus –de ahí el nombre del misil- sale del agua y corre sobre la superficie más de 100 metros, extiende sus aletas pectorales que son más grandes que el cuerpo y tiene un timón en la aleta caudal, entonces es un avión, un exocoetus. Ustedes me dirán tiene vuelo planeado nada más, pero hay peces voladores que tiene vuelo batido y van a parar arriba de la cubierta de los buques. Hay peces que vuelan. Hay anfibios que vuelan. La rana Rhacophorus se tira de un árbol de 25 metros y aterriza suavemente, con sus membranas abiertas, en un ángulo inferior a 40 grados, es una paracaidista perfecta, lentamente cae la rana, una rana paracaidista, vuelo planeado perfecto. Los reptiles vuelan, aparte de víboras que tienen membranas para planear, ustedes pueden ver en cualquier libro lo que hacía el Pteranodon en el jurásico, tenía 8 metros de envergadura, no sólo un buen planeador sino que llevaba un batido suave, ustedes quizá recuerden la imagen del Pteranodon sobre el agua dibujado con un pico y una cresta occipital atrás casi igual al pico, ese reptil volador, ustedes me dirán bueno, estaría colgado como un murciélago, salía, planeaba un poco, se comía un pececito y después volvía a colgarse de un árbol. Los restos de Pteranodon se encontraron 200 kilómetros internados en el mar, hay que volar 200 kilómetros, o sea, era tan buen volador como un albatros. Era un reptil. Los mamíferos, muchos mamíferos vuelan, aparte del murciélago, hay ardillas voladoras, hay ardillas que planean más que un exocoetus.
El asunto es el siguiente. Existe una instrucción general y abstracta a lo largo del reino viviente que es “constrúyase un aparato para volar” y que esa orden sea respondida específicamente: vuelo como un exocoetus, vuelo como una rana Rhacophorus, vuelo como un Pteranodon, vuelo como un murciélago, planeo como una ardilla iad st. O sea, existe una orden general y detrás una serie de constructores, de arquitectos, independientes, que responden la orden específica y concretamente? La respuesta es afirmativa.
Les voy a contar brevemente algo. Si ustedes se fijan en un pulpo, en un calamar mejor, que es un molusco, un invertebrado, el ojo es casi como el nuestro, tiene córnea, cristalino, iris, aparato anterior, cámara anterior, humor vítreo, retina, es un ojo con cámara como el de los vertebrados, como el nuestro, cámara. Si se fijan en una mosca ese ojo no existe, el ojo de la mosca tiene omatidios, miles de omatidios, no es una cámara, es una visión mosaico. El ojo compuesto del insecto y el ojo en cámara del vertebrado y del calamar. ¿Qué tiene que ver el calamar con el vertebrado? ¿Qué dicen los gradualistas, qué dicen los iad stas? Bueno, el ojo del vertebrado y el ojo del calamar han llegado a ser iguales porque han atravesado exigencias ambientales similares y han tenido que adaptarse a situaciones similares. Le preguntan, pero ¿no hay ninguna orden interna por la cual se haya formado ese ojo? No, no, orden interna no, todo viene de afuera, todo se selecciona, todo se debe al ambiente. Eso es como un mandamiento, en los niveles académicos habituales el que no cree eso es echado a patadas, o lo cree o no interviene en el nivel académico. Sin embargo hay un gen que se llama Pax 6, no importa por qué Pax 6 , el gen existe en el calamar, en los vertebrados, y en la mosca también, en los insectos. Hay un tipo que se llama Walter Gehring, de Basilea, que hizo lo siguiente: tomó el Pax 6 del ratón, que tiene el ojo en cámara, y lo expresó en la mosca. La mosca tiene discos imaginales en el embrión, un disco de antena, otro de ala, otro de pata. El tipo hizo expresar el Pax 6 de ratón en la pata y en el ala de la mosca. Le salieron ojos en la pata y en el ala a la mosca, ojos de qué, ¿de ratón?, no, ojos de mosca, porque el gen lo que dijo fue “forme un ojo”, y si estamos en una mosca es ojo compuesto por omatidios, si estoy en un ratón es ojo con cámara. Sacaron el gen del calamar, lo volvieron a expresar en la mosca y otra vez ojos ectópicos de mosca. Como dicen ellos, hemos encontrado el “master gen”, el gen maestro del ojo. Este gen, dice Gehring, lo que dice es “forme un ojo”, si el gen está en un insecto el ojo es un ojo compuesto de insecto, si está en una rata sale un ojo con cámara de rata, si está en un calamar sale un ojo con cámara de calamar. Lo notable es esto, el ojo del molusco y el ojo del vertebrado son parecidos pero no son iguales, el molusco no tiene tubo neural del cual sale la vesícula óptica, o sea, la embriología es distinta pero se llega a lo mismo. Y acá están enfrentados. Pregunta. ¿Convergencia por selección natural o es que los dos linajes llevaban el mismo gen maestro? Qué dice la bioquímica, llevaban el mismo gen maestro. Qué dicen los antidarwinianos, los catastrofistas, los hombres que dicen las cosas bien, de adentro: hemos triunfado sobre los iad stas. Qué responden los iad stas: bueno, hay que ajustar un poco la teoría de Darwin, nada. Yo les digo: la selección puede eliminar, pero no puede crear.
Creanmé, he leído casi todo lo que se está produciendo sobre esto, están muy peleados entre ellos. La pelea habitual entre nosotros, entre psiquiatras psiquiatrones y psicoanalistas, al lado de aquella, acá somos todos amigos. Así hay revistas enteras que no permiten que se publique un artículo del bando opuesto. Está ocurriendo ahora. La revista “Science” franelea un poco con todos, “Nature” se empezó a poner cada vez más dura, le daba mucha bola a la gente catastrofista, y comenzó un movimiento político intenso y “Nature” se está retirando suavemente. Hay que ir a otras revistas. Notable, la política primero, la vida es política, el que no entiende eso muere a las 48 horas, ni ciencia ni arte, nada, todo eso es una cosa de tontos, primero política.
Les voy a decir otro ejemplo, discúlpenme. El gen maestro. Por ejemplo, ustedes pensarán, placenta no tienen más que los mamíferos, vertebrados con placenta no hay fuera de los mamíferos, ¡peces con placenta!, ¡anfibios con placenta!, ¡reptiles con placenta! Hay placenta en todas partes. Este es el problema. Los peces teleósteos, o sea los peces que nos morfamos cuando vamos de garufa a la Boca, si es que todavía se puede ir a la Boca, cuando son vivíparos no sólo tienen placenta, tienen al feto dentro del ovario y del ovario sale un cordón que se llama trofonemio y se mete en la branquia y de ahí pasa al aparato digestivo y alimenta al feto. Es más que una placenta, es una alimentación directa. Los tiburones vivíparos como el Mustelus, famoso tiburón, tienen cordón umbilical, y tiene onfaloplacenta, placenta del vitelino. Los reptiles tienen onfaloplacenta y alantoplacenta cuando son vivíparos, o sea, de vuelta una orden general: formen una interface maternofetal. En cada especie se forma con ingenieros especializados.
La leche para la cría. Ustedes dirán, bueno, la leche es mamífera. Pero leche hay en todas las clases de vertebrados. Hay peces con leche, hay anfibios con leche, porque la orden es “formen alimento para la cría”, abstracto, en cada lugar se manifestará de manera diferente. En el buche, ustedes saben, se forma la leche del palomo, en el buche de la paloma hay una glándula que produce leche, saben cuál es la hormona que estimula esa glándula, la prolactina. No es una glándula mamaria, es el buche, no es un derivado como dicen los iad stas de una glándula sudorípara modificada, modificación, transformación, es una cosa del buche, viene del endodermo digestivo. Hay un sapo que vive en monte Nimba, en Guinea, ahí cerca de Costa de Marfil, en Africa, el sapo se llama Nectofrinoide, mide 3 centímetros, es vivíparo, la gestación dura 9 meses, el feto es alimentado con leche uterina. El Profesor Grassé es autor de un famoso Tratado de Zoología, hermosa obra, que la compré cuando todavía acá se podía comprar un libro en algún lado, hace muchos años. Es el más grande zoólogo de los últimos tiempos. Dice Grassé cuando comenta sobre el sapito que produce leche uterina ¿cómo explican los iad stas esto, no es conveniente un poquito de humildad, y de observación serena de los hechos? Muchos peces producen leche ovárica para alimentar a sus embriones.
De vuelta estamos en lo mismo, “formen ojos”, “formen interfase maternofetal”, “formen alimento para la cría, para el feto”. Son los imperativos universales del reino viviente.
Hay dos tipos de genes, genes rectores que dan ordenes abstractas y genes constructores. El gen rector es universal, está en todos los vertebrados, y en todos dice “formen ojo”, otro gen universal o gen rector o gen maestro dice “formen alimento para la cría”, es universal, está en todas partes, “formen interfase materno fetal”, “formen aparato de vuelo”, “formen conducto digestivo”, órdenes generales. Luego hay genes constructores, el gen constructor del pez responde a esa orden haciendo un sistema de pez, el del anfibio el anfibio, el de reptil uno de reptil, el de mamíferos el de un mamífero y dentro de los mamíferos distintas familias, distintas especies, etcétera.
Ahora bien, qué son estos genes constructores que operan de manera concreta, qué son estos arquitectos que responden la orden, dónde están. ¿Explican el salto? ¿Explican la catástrofe? Yo creo que si.
Yo creo que de ese cerebro de cuatro capas se pasó a uno de seis de la siguiente manera, y con esto concluyo la conferencia. Y les presento mi tesis.
El 90 por ciento del ADN que tenemos nosotros no sabemos para qué sirve. Un 1,5 por ciento de ADN codifica las proteínas, y regalémosle un 8,5 para genes reguladores o segmentos reguladores de los genes, donde operan los factores de transcripción, y el 90 por ciento restante uno no sabe para que sirve. Se dice, ustedes saben esto, es ADN parásito, se aprovecha de nosotros y es un parásito que tenemos adentro. Otra opinión, es ADN chatarra. Es ADN superfluo, es una cosa que no sirve para nada.
Tenemos 10 por ciento que nos construye a nosotros, y un 90 por ciento que construía otras formas antes, y ahora no trabaja. Un pez del devónico, un pez que vivió hace 350 millones de años, ese pez ya tenía dentro el sistema mío, lo tenía disperso, lo tenía como ADN chatarra. Una lila, una flor como la lila, tiene 20 veces más ADN que nosotros. Un tiburón tiene más ADN que nosotros. Una rana tiene más ADN que yo.
Mi idea es la siguiente. Todos los sistemas ya están desde el principio y hay un programa filogenético, el programa filogenético es el programa de sucesión. Un programa ontogenético es un programa que dice feto, niño, adulto, viejo. Un programa filogenético dice pez, anfibio, reptil, mamífero. ¿Cómo se pasa de un sistema al otro? ¿Cómo se pasa de un pez a un anfibio? El sistema del pez se dispersa, y se concentra, se monta, se hace un montaje a partir del ADN parásito, superfluo, chatarra, el nuevo sistema constructor. Se pasa del anfibio al reptil, se disuelve el programa del anfibio, se dispersa, pasa a ser chatarra. La chatarra se condensa y pasa a ser el nuevo sistema. Si ustedes quieren pasar de un anfibio a un reptil, fenotípicamente, con el animal adelante, de carne y hueso, no pueden, el fenotipo les obliga a imaginar el eslabón entre uno y otro. Pero si ustedes piensan en el genotipo pasan de un sistema que se disuelve abruptamente a otro que se forma. El viejo sistema se dispersa hacia la chatarra, y el nuevo sistema se condensa desde la chatarra.
Ustedes me dirán pero de dónde saca este hombre esto. Este hombre propone entonces que existe una revolución, algo se dispersa y algo se condensa, nada de gradualismo, es brusco. ¿Hubo alguien que dijo esto antes? Si.
Un hombre que se llamaba Hugo de Vries, botánico, holandés, cuando iba caminando por el barrio de Hilversum, que es un barrio cercano a iad st, pasó por un terreno y vió que había un grupo de plantas, que son las onóteras, y penetró a mirarlas, vió que no todas tenían la misma altura, unas eran altas, y otras eran enanitas, completamente distintas, y pensó “estoy observando el brusco origen de las especies”. Las especies generalmente no cambian, nosotros cuánto hace que no cambiamos, la especie humana está casi estable. Bruscamente cambia, he tenido la suerte decía de Vries, creador de la teoría de la mutación (aquí está la palabra, la mutación, bruscamente se pasa a ser otra cosa), “he tenido la suerte de ver la evolución delante de mí”. Se la llevó al laboratorio, la plantó, la cultivó, y eran especies totalmente distintas.
El judío Richard Goldschmidt, que se escapó de los nazis, era un gran antidarwinista, alemán, Goldschmidt, enorme figura, cayó en los Estados Unidos. Se salvó de los nazis y lo agarraron los iad stas, pobrecito, él dice antes me trataban como un loco pero últimamente soy para ellos un criminal. Dice Goldschmidt: el paso de una especie a otra es el paso por un puente vacío, no hay nada transitorio, lo que Darwin ve son razas de la especie, subespecies, pero cada subespecie es un callejón sin salida. Para pasar de una especie a otra hay que dar un gran salto, y el salto para mí es una gran catástrofe en el cromosoma, decía Goldschmidt. Lo querían matar, además era un poco antipático, imagínense un hombre alemán en los Estados Unidos, en esa época, recién llegado, exiliado, el clima sería semiantisemítico, este hombre hablando con el tono alemán de “Herr iad ” decía esas barbaridades delante del darwinismo norteamericano, la pasó muy mal. Me acuerdo que Gould comenta por qué lo atacaron tanto al pobre Goldschmidt, porque era el que más sabía, y luego, burlándose del darwinismo, dice “no siempre sobrevive el más apto”.
¿Qué es este fantasma de la mutación y del salto que dice Goldschmidt? Actualmente se conoce lo que se llama “transposiciones”, pedazos enteros de ADN saltan de un lugar al otro, se reorganiza absolutamente todo. No imaginen que el ADN es un conjunto de genes que transcriben el ARN mensajero y algunos de ellos son reguladores que esperan los factores de transcripción, todo en calma, una mutación cada tantos años, despacito, gradualmente, no hay que correr… No es así. Las transposiciones son verdaderas tormentas.
Acá tengo un trabajo de una mujer que se llama Tatiana Gerasimova, les parece un nombre de bailarina. Dice la Tatiana, del Instituto Vavilov de Moscú (esto fue escrito durante la Unión Soviética, antes de la caída del muro), ella dice yo examino los cromosomas de la mosca y veo que las cosas van saltando de un lado para el otro, no hay estabilidad de ningún tipo, ella le llama en inglés “transposition bursts” “ iad ” es explosión, “ iad ” es estallido, revolución, catastrofismo. A esta mujer en Estados Unidos la odian, no obstante antes de comenzar la censura le publicaban el artículo.Termina diciendo la Gerasimova, notable este artículo, dice “los estallidos de transposición deben llevar a simultáneas y múltiples mutagénesis, lo que nosotros vemos explica por qué se puede crear un organismo que difiera en todos los aspectos de sus padres, uno de los problemas de la evolución es cómo explicar la aparición de propiedades nuevas y complejas que requieren varios cambios genéticos simultáneos, las explosiones de transposición pueden dar la respuesta”, dice. Yo estoy muy enamorado de Tatiana, es una tipa terrible.
El resumen al que yo voy es este. Hay dos maneras de explicar cómo nacen las cosas: transformación de una cosa vieja o formación de algo nuevo. Ustedes ven lo que dice la Gerasimova, está pensando casi como el pobre Goldschmidt.
Con mis compañeros Dario Rojas y Mariano Outes estábamos buscando el Goldschmidt. Un día yo voy por la calle Corrientes, entro a una librería, miro, vieja librería, de miseria, digo Goldschmidt, quién lo conoce. Y veo un libro, me trepo, mi pérdida de valores preventivos del esquizoidismo grave, subo ahí arriba, era el Goldschmidt. Cuánto me lo cobraron, seis pesos. Grande la cultura argentina.
Una cosa que yo había escrito hace tiempo, les leo para terminar, y una pequeña frase general. La corteza de mamífero no es la corteza de reptil transformada, es decir, no es una vieja corteza modificada, no es una vieja corteza actualizada, al contrario, la corteza de mamífero, nuestra corteza, es una corteza enteramente nueva, una corteza nueva desde cero, que no deriva de algo anterior, es decir, es absolutamente propia.
Ya estamos en el final. Cada vertebrado elabora su propia corteza. No hay transformación, hay revolución, hermosa palabra, revolución. Son las dos palabras que yo más amo, madre y revolución. Efectivamente, cada vertebrado elabora su sistema pero, sin embargo, tiene que responder al sistema universal. Hay genes constructores distintos, pero los genes universales son siempre los mismos y en todas las formas dicen “formen ojo”, “formen tubo digestivo”, “formen aparato de vuelo”, “elaboren alimento para la cría”. Siempre se repite eso. La superficie cambia, pez, anfibio, reptil, mamífero, el fondo es siempre el mismo.
¿Qué filosofía es ésta? Nietzsche: El Eterno Retorno. Todo es siempre lo mismo. La superficie cambia, el fondo siempre vuelve a ser el mismo. Dice Zaratustra: volveré a repetir esta vida, una vida semejante, similar, no, la misma vida. Las palabras de Nietzsche con las cuales quiero concluir son estas, fíjense qué profundidad esto, Federico es algo desesperante. Siempre lo mismo. ¿Dónde está el centro?. Dice Nietzsche: “Die Mitte ist überall” (el centro está por todas partes). “Krumm ist der iad der Ewigkeit” (encorvado es el sendero de la eternidad). Muchas gracias.
Juan Carlos Goldar
Hospital Braulio Moyano
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Buenos Aires, Argentina