ALCMEON
Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica
ISSN 0327-3954 / ISSN 1514-9862 (Internet) www.alcmeon.com.ar
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Alcmeon número 49 Año XV, vol. 13, Nº 1, marzode 2006
 

Comunicación:

 

La “desmanicomializacion” esconde una actitud antipsiquiátrica

Marcelo G Cetkovich-Bakmas

 

 

Alcmeon, Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica, vol. 12, Nº 1, marzo de 2006, págs. 85.

La opinión pública y la salud mental en particular han sido conmovidas en los últimos meses ( escrito en marzo año 2006) por una serie de eventos que, con un llamativo impacto en los medios de difusión, mostraban el estado de precariedad en la cual se trabaja en los hospitales neuropsiquiátricos. No podría tal situación más que despertar nuestra simpatía y la de toda persona bienintencionada, si no fuera porque los acusados de tal situación son los propios trabajadores de la salud mental que, día a día y sin descanso, luchan codo a codo por el bienestar de las personas aquejadas de enfermedades mentales, sin dejarse abatir por el sistemático olvido de las autoridades que, en las últimas décadas, han ninguneado en forma sistemática al hospital neuropsiquiátrico. Es notable lo perverso del argumento: se acusa a los que todos los días luchan en este desfavorable medio de ser los causantes de sus propias penurias. Esto es una ofensa a la inteligencia del público. No es casual que el inmenso operativo de prensa se montara sobre una serie de falsas denuncias. Esta actitud no es casual sino que se funda en ideologías que aunque bienintencionadas, se basan en la absoluta ignorancia del estado actual del conocimiento sobre las enfermedades mentales y sus fundamentos y en una ideologización de la discusión científica. Hemos leído con espanto como funcionarios involucrados en éste proceso de "desmanicomialización" –eufemismo que esconde una actitud antipsiquiátrica burda- afirman que "el modelo médico en salud mental está perimido". Todo el mundo sabe que en los hospitales monovalentes se tratan las patologías más graves de la psiquiatría: las psicosis en todas sus formas. Afirmar que el modelo médico está perimido pone en evidencia un asombroso desconocimiento sobre los últimos avances en nuestra comprensión de las causas y procesos involucrados en éstas patologías. Los avances de las neurociencias, de las cuales la psiquiatría y la psicología forman parte, han demostrado en forma palmaria el carácter médico biológico de enfermedades como la esquizofrenia, y los trastornos afectivos, incluyendo a la enfermedad maníaco-depresiva. Cuando en el mundo la salud mental es cada vez más, una disciplina médico biológica integradora de las diversidades del pensamiento sobre el psiquismo humano, en nuestro país se pretende instaurar una salud mental "anencefálica". ¿Como puede un funcionario diseñar una política sanitaria para patologías de las cuales desconoce lo básico?. En forma concordante y a través de una reglamentación medieval, todos los programas de investigación fueron paralizados en forma inmediata, sin importar que los mismos se llevaran a cabo siguiendo los más altos estándares y cumpliendo con todas las normativas ético-biológicas internacionales en vigencia.

Tal vez, cuando hablan de prevención, se refieran a la detección precoz, pero es evidente que en éste tema, objeto de arduo

trabajo en el mundo desarrollado, tampoco han hecho el más mínimo esfuerzo por actualizarse y conocer las tendencias. Ningún programa de detección precoz serio se basa en la destrucción de los hospitales. Se invoca la experiencia de países donde se produjo la famosa "reforma" psiquiátrica de la década del setenta, pero deliberadamente se evita comentar el estrepitoso fracaso que significó y el sufrimiento que acarreó para los pacientes, que se vieron expulsados a las calles con no pocos de ellos falleciendo de frío e inanición. También se omite decir que la mentada reforma fue determinada por razones económicas alejadas de las necesidades de los pacientes. Ni que hablar de la patética experiencia de una provincia patagónica donde en forma llana y simple, se expulsó a todo paciente con patología grave y/o crónica. Los hospitales de las provincias adyacentes fueron inundados por los pacientes rechazados por éste "sistema de avanzada" que podía mostrar, de ésta manera perversa, la ausencia de patología crónica merced a las bondades del programa. Con el pretexto de proteger a los pacientes de un sistema "carcelario e ineficiente", se los expulsó a la calle. Muchos de esos pacientes terminaron en los hospitales que hoy se atacan. Inaudito. Esos funcionarios son asesores de los actuales, su lema: "muerto el perro se acabó la rabia".

El derecho humano a la salud se basa en una premisa fundamental: la adecuada formación de los profesionales. La política sanitaria no puede basarse en teorías perimidas, sino que debe hacerlo en hechos

científicos demostrados. No es el caso de la política sanitaria que se quiere imponer en salud mental. Se ha a escuchado agentes sanitarios afirmar que la palabra "neuropsiquiatría" debe ser desterrada.

Esto es oscurantismo.

El hospital psiquiátrico representa la "alta complejidad en salud mental". Allí trabajan de la mano en forma cotidiana psicólogos, asistentes sociales, musico-terapeutas, enfermeros, psicoanalistas y psiquiatras con el único objeto de proveer el mejor cuidado posible para los pacientes y sus familias. Todas las escuelas de pensamiento convergen y coexisten en éste sistema, en un clima de sano debate, con el objetivo común del cuidado del ser humano enfermo. Los mismos dedican buena parte de su tiempo libre a la formación de nuevos profesionales y especialistas, proveyendo la más alta calidad pedagógica en base a su vasta experiencia y conocimiento.

Cada vez que se quiere atacar al modelo médico en salud mental se esgrime el argumento de la "desmanicomialización". En una clara inversión de los términos se atribuyen las consecuencias a las causas. La propuesta de todos los trabajadores de los hospitales psiquiátricos es la "Modernización". La patología mental crónica es una realidad que no podemos negar, sino que tenemos que asumir y enfrentar porque denigra al ser humano al privarlo de su esencia, la capacidad de decidir y proyectarse. El mero cierre del hospital monovalente no es una solución, como ya lo ha demostrado la experiencia. La obligación moral de los funcionarios para con los enfermos mentales, es proveerles una institución moderna, equipada y con los recursos humanos necesarios para recibir la mejor atención.

Esto no lo van a lograr si siguen el camino que han iniciado, que sólo lleva a la destrucción y el disenso.

 

 

 

 

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