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Año XI, vol. 9, Nº1, julio de 2000

Síndrome del niño maltratado.
Aproximación sobre su enfoque en la provincia de La Pampa, Argentina
Mabel L. Mercado, Noemí S. Olivera, Juan J. Harb

Sumario

Para este trabajo interesó conocer como se enfoca la contención del "Síndrome del niño maltratado" en la Ciudad de Santa Rosa, Capital de la Provincia de La Pampa, Argentina.

Se partió de la siguiente hipótesis: a la violencia ejercida por la familia se le sumaría, en la actualidad, un trabajo institucional no coordinado, por consiguiente se estaría estableciendo actos de omisión sobre la temática, lo que conllevaría acciones de violencia institucional y social que, sumada a la violencia que ejerce la familia, provocaría una doble victimización.

Los datos se han obtenido de distintos organismos que se ocupan del tema, presentándose dos situaciones sobre menores víctimas de violencia en la familia, tomadas de expedientes judiciales.

Como conclusión del análisis de los datos primarios y secundarios queda confirmada la hipótesis planteada.

Finalmente se recomienda la creación, en la comunidad de Santa Rosa, de un espacio de reflexión interinstitucional y transdisciplinario, para la prevención, abordaje y tratamiento del maltrato infantil.

Palabras claves

Niño maltratado. Violencia familiar. Victimización. Maltrato físico. Abuso sexual.

Summary

The main interest was to know how the institutional restraint of "Child´s abuse Syndrome".

Is focused in Santa Rosa, Capital City of La Pampa Province, in Argentina.

The original hypothesis was that violence imposed by the family plus a not well-coordinated institutional work would lead to an institutional and social violent behaviour and to a double victimization process.

After the analysis of primary and secondary data, the hypothesis was confirmed.

Finally a time for institutional as well as interdisciplinary reflection is recommended in order to prevent, approach and treat Child Abuse.

Key words

Ill treated child. Familiar violence. Victimization. Physical abuse. Sexual Abuse.

Introducción

El signo del fin del milenio y especialmente de la década de los noventa parece ser la violencia social, violencia social que amenaza en convertirse en el principal problema de salud pública, por consiguiente de la salud mental.

Es en este contexto que nos interesó el acercamiento al tema de la violencia que se ejerce sobre el menor en la familia, dada la importancia que tiene este núcleo en la formación de los sujetos que conforman las sociedades.

Si bien, citando a Lloyd de Mause, podemos decir que "la historia de la humanidad está fundada sobre el abuso de niños", es recién desde hace treinta años que el tema del maltrato infantil es objeto de investigación sistemática en el campo de la salud, habiéndose abordado su estudio, prevención y tratamiento desde distintas disciplinas científicas.

No obstante, y aun en los países desarrollados, la eficacia de las acciones emprendidas ha sido limitada, debido a dificultades teóricas, metodológicas y prácticas todavía no resueltas.

Marco teórico

Para nuestro trabajo tomamos la definición considerada por el Centro Internacional de la Infancia de París, que considera violencia a "cualquier acto por acción u omisión realizado por individuos, por instituciones o por la sociedad en su conjunto y todos los estados derivados de estos actos o de su ausencia que priven a los niños de su libertad o de sus derechos correspondientes y/o que dificulten su óptimo desarrollo".

En muchas ocasiones resulta particularmente difícil diferenciar el maltrato, de una variedad de conductas adoptadas por diversas figuras adultas, en distintos medios, validadas culturalmente como formas "aceptables" de impartir enseñanzas, formar hábitos o disciplinas, que involucran castigos físicos y psicológicos y aun formas de manipulación sexual. Igualmente compleja resulta distinguir la negligencia y el abandono, de la falta de recursos y las dramáticas condiciones de vida que impone la extrema pobreza, tan frecuente en los países subdesarrollados, en los que impera y también se valida una suerte de maltrato social e institucional.

El niño no sabe defenderse ante las agresiones de los adultos, no pide ayuda, esto lo sitúa en una posición vulnerable ante un adulto agresivo y/o negligente. Los niños que sufren maltrato tienen múltiples problemas en su desarrollo evolutivo, déficits emocionales, conductuales y socio-cognitivos que le imposibilitan un desarrollo adecuado de su personalidad.

De ahí la importancia de detectar cuanto antes el maltrato, este síndrome debe tenerse siempre presente cuando se hace una consulta clínica, dado que no siempre aparecen lesiones evidentes. En la mayoría de las ocasiones la situación es negada por el propio paciente y por los familiares

¿Qué sucede en la provincia de La Pampa y específicamente en la ciudad de Santa Rosa?

Ante la realidad citada y sobre la base del marco teórico propuesto, nos interesó conocer cómo se enfoca la contención del "Síndrome del niño maltratado" en la Ciudad Capital de la Provincia de La Pampa, Santa Rosa, cuya población actual ser acerca a los cien mil habitantes.

Se consideró como hipótesis para este trabajo, que a la violencia ejercida por la familia se le suma, en la actualidad, un trabajo institucional no coordinado, por consiguiente se estarían estableciendo actos de omisión sobre la temática, lo que conllevaría acciones de violencia institucional y social, que sumada a la violencia que ejerce la familia, provoca una doble victimización.

Para confirmar dicha hipótesis, se utilizaron datos primarios y secundarios. Los datos primarios se obtuvieron solicitando información en los servicios de:

- Violencia Familiar, dependiente de la Dirección General de la Familia y el Menor (DGFM).

- Salud Mental.

- Atención Infanto Juvenil.

- Social. (Estos tres últimos pertenecen al Hospital Lucio Molas, institución de mayor complejidad de la provincia).

- Asesoría de Menores.

- Juzgado de la Familia y el Menor. (Ambos de la ciudad de Santa Rosa).

- Profesionales Pediatras, que realizan su actividad en forma privada.

Sólo tres organismos aportaron datos, el Servicio de Violencia Familiar y los dos pertenecientes a la Justicia.

Los datos secundarios se obtuvieron del estudio de expedientes judiciales sobre menores víctimas de violencia en la familia.

A partir de dichas consultas se determina que el trabajo sobre el tema comienza en la provincia de La Pampa, dentro de un encuadre especial, con la promulgación de la Ley 1081, promoviendo la creación, en el ámbito del Ministerio de Bienestar Social, de un servicio destinado a abordar, prevenir y tratar la Violencia Familiar. Dicha Ley entra en vigencia en setiembre de 1988.

A partir de esa fecha se comienza a trabajar sobre la demanda, orientar la derivación y sensibilizar sobre la problemática de la Violencia Familiar.

Datos estadísticos

Tal como lo muestra el Cuadro 1, en el período comprendido entre 1991 y 1994, las consultas atendidas en el Servicio Violencia Familiar, por violencia contra los niños no eran las más frecuentes, situación que se revierte en el año 1994 coincidente con la creación del Juzgado de la Familia y el Menor.

En este cuadro no se han discriminado las consultas de acuerdo al tipo de violencia ejercida, ni al sexo. Se ha tomado el total de consultas.

Cuadro 1

El Cuadro 2 aporta datos de consultas efectuadas en el año 1998 a la Asesoría de Menores, de las Ciudad de Sta. Rosa.

Aparecen en él, el total de niños (27) y niñas (38) victimizados y la discriminación por categorías de maltratos.

Si consideramos los datos de 1998, encontramos que el Servicio de Violencia Familiar recibió casi el doble de consultas que la Asesoría de Menores, hecho explicable, por cuanto no todos los casos de Violencia Familiar son derivados a la Justicia.

Por otra parte, es posible que estos datos muestren superposición, pues una parte de los casos es común a los organismos consultados y la información no está centralizada. Es señalable, además, que no conocemos el proceso de recolección de datos y que un mismo niño puede figurar en más de una categoría de maltrato.

Los datos secundarios se obtuvieron de dos expedientes judiciales, seleccionados por considerar que se trata de casos paradigmáticos de las situaciones de maltrato que se presentan en nuestra comunidad.

 

 

 

 

 

 

Cuadro 2

Análisis de dos situaciones

Para estas presentaciones se ha tomado, con ligeras modificaciones, la técnica de M. Duncan Stanton, llamadas "línea temporal estructural" y "línea temporal básica". Las mismas posibilitan la lectura rápida y en forma gráfica de la relación entre acontecimientos propios del ciclo vital de una familia y la aparición de problemas en el seno de la misma, a través del ordenamiento secuencial de los acontecimientos teniendo en cuenta el momento en que ocurrieron.

Con la "línea temporal estructural" se observa la conformación del grupo de convivencia, los miembros que constituyen la familia y los diferentes tipos de relaciones.

Con la "línea temporal básica", se observa la sucesión ordenada de los hechos más salientes, tratando de demostrar por qué determinados hechos se dan en un momento dado.

Situación I "Celis y Jorge"

En la primera presentación tenemos una familia nuclear conformada por la pareja Adriana y Alberto y sus cinco hijos: Celis, María de los Ángeles, Jorge, María Adela y Alberto H.

Línea temporal estructural Celis y Jorge

Adriana (18) empleada y Alberto (20) empleado en la policía, oriundos de la provincia de La Pampa, con nivel de instrucción primaria, se casan porque Adriana finge estar embarazada, Alberto decide asumir la responsabilidad del hecho aunque no la quiere.

Las relaciones de pareja son conflictivas, con continuas agresiones, fugas de Adriana, y reconciliaciones, llegando al divorcio a los tres años de casados, a pesar de lo cual hay períodos alternados de convivencia. Ambos presentan problemas en los lugares de trabajo por robos, lo que genera la exoneración de Alberto de su actividad en la policía.

Cuadro 3

La personalidad de Alberto coincide con la del "hombre violento" (J. Corsi. 1995), presenta un pobre control de los impulsos frente a situaciones críticas, tendencia a ser susceptible e irritable, propenso a accesos de cólera.

Adriana presenta un bajo nivel de autoestima que le imposibilita responder a las agresiones físicas y psíquicas cotidianas de Alberto, utilizando la huida como mecanismo de defensa y ajuste ante la violencia.

Línea temporal básica Celis y Jorge

La modalidad de funcionamiento de huida de Adriana, reaparece en el momento que Celis, la hija mayor del matrimonio, de 6 años de edad, cuenta a su madre que es abusada sexualmente por el padre. Al ser explicitada la situación de incesto, la madre abandona en forma definitiva el hogar, dejando a los niños al cuidado del padre. En ese momento ya la familia contaba con cinco hijos.

El abuso sexual intrafamiliar es considerado como una de las formas de violencia dirigida hacia los niños, en este caso sería una actividad incestuosa por la relación consanguínea que existe entre Celis y Alberto. Se considera que el abusador sexual intrafamiliar, y sobre todo en el abuso sexual padre-hija, éste tiende a ser controlador dentro de la familia. Existe disfunción familiar, la esposa generalmente tiene problemas de personalidad, y se produce una inversión en los roles entre la hija y la esposa, con confusión sexual dentro de la familia.

Un mes después del abandono del hogar por parte de Adriana, Alberto, espontáneamente, entrega sus cinco hijos a la DGFM, manifestando imposibilidad de mantenerlos y criarlos.

Los niños comienzan a deambular por diferentes instituciones de la Provincia. Celis (6) y Jorge (4) son internados en el Hogar de Tránsito de Santa Rosa, María de los Angeles (5), María Adela

Cuadro 4

(2) quedan en guarda con familiares. El menor Alberto H. (1) es entregado a una familia, supuestamente amiga de los padres biológicos.

Durante los primeros meses Adriana visita a sus hijos, posteriormente desde la DGFM se pierde el contacto. Diez meses después, el 1º de diciembre de 1986, todos los hijos, menos Alberto H., son reintegrados al hogar paterno.

En el período comprendido entre 1987 y 1993, Celis y Jorge transcurren sus días en distintas Escuelas Hogares, sufriendo egresos compulsivos por peleas del padre con los directores de los establecimientos. El último egreso se realiza con el objeto de que Celis (12) cuide a la nueva pareja del padre y al bebé de ésta.

En diciembre de 1993, en el marco de este contexto familiar, Celis (13) y Jorge (11) se fugan del hogar paterno, del pueblo de Anguil, hacia Santa Rosa. Encontrados por la policía, Celis relata ser abusada sexualmente por su padre desde los 6 años, quien sumó posteriormente a su conducta abusiva, a su hermana María de los Angeles. Refiere, además, de ser objeto de maltrato físico. María de los Ángeles y Alberto, niegan ante la autoridad policial el abuso sexual y los maltratos físicos.

El tribunal del juzgado de la Familia y el Menor, ordena que los hermanos queden bajo la guarda de la DGFM, siendo alojados en el Hogar de Tránsito de Santa Rosa. Realizada la pericia ginecológica, se detecta que Celis está embarazada y presenta desgarros en el himen de antigua data.

En las entrevistas psicológicas, Celis refiere que el padre la presionaba y amenazaba para tener relaciones sexuales, situación que aumentaban sus temores e indefensión. No la dejaba salir, criticaba a sus amistades, y a posteriori la recompensaba materialmente.

El Tribunal de Familia y el Menor, a pedido de los niños, los entrega a su madre biológica, quien, a pesar del discurso ambiguo, se hace cargo de los mismos, apareciendo como único referente familiar posible. Adriana elude nuevamente sus responsabilidades maternas, ya que en enero de 1994, reintegra a los niños a la DGFM, alegando que no se encuentra capacitada para tenerlos, a pesar de que no desea desvincularse de ellos.

Nuevamente los niños son separados y enviados a diversas instituciones.

En el mes de julio de 1994 nace Lucas, hijo de Celis. En el mes de noviembre de ese año, los estudios de compatibilidad inmunogenética determinan la paternidad de Alberto con respecto al hijo de Celis. Alberto es condenado a prisión preventiva, por delito de estupro.

En 1995, las autoridades de la escuela donde concurre Alberto H., el menor de los hermanos y que contaba en ese momento con 9 años, efectúan una denuncia por situación de abandono por parte de la familia sustituta, a la que fuera entregado en guarda en 1986. No figuraba ningún informe de su situación, desde aquella fecha.

En la actualidad, Alberto continúa detenido, se perdió todo contacto con Adriana, la madre. Los hermanos viven en diferentes sistemas alternativos de la DGFM, excepto Celis que ha formado pareja y tiene otra hija. Lucas, presenta retardo en el desarrollo psicoemocional, Celis no ha superado los sentimientos de ambivalencia que presenta hacia el niño.

Todos los hermanos presentan dificultades en las relaciones interpersonales, todos han tenido problemas de aprendizaje.

Desde la violencia familiar acompañada de abuso sexual, se puede caracterizar la familia de Celis como una familia con dificultades maritales, acompañados de graves problemas interpersonales, donde el padre ha depositado en sus hijas las necesidades no cubiertas por la esposa. Existe una inversión y confusión en los roles, sobre todo en la interacción padre-niña que se encuentra indeferenciadas de las interacciones padre-madre.

En estos jóvenes, sobre todo en Celis y tal como lo plantea Finkelhor (1979), se han producido las secuelas psicológicas producto, entre otras cosas, del abuso sexual.

Desde lo institucional, no se logró una visión integral de una situación familiar tan compleja, encontrándose los menores en distintos sistemas dependientes todos de la DGFM, con seguimiento a cargo de diferentes profesionales, con diferentes propuestas de enfoque de la situación.

Es de destacar que los organismos intervinientes nunca pudieron concretar lo ordenado por el Juez de menores: tomar medidas de fondo con vistas a la adopción de los hermanos.

Situación II "Sonia y Luis"

Se trata de una familia reconstituida oriunda de La Pampa, cuyos integrantes son:

Nilda G. soltera, 29 años, bajo nivel de instrucción, ama de casa. Y Leopoldo: concubino de Nilda G., 40 años, divorciado, instruido, empleado de un Club Deportivo.

Los hijos de Nilda son: Sonia (hija de otra pareja), Luis (hijo de otra pareja, hermano de Leopoldo), Vanina y Maximiliano (hijos de Leopoldo).

Luis presenta retraso madurativo, trastornos del lenguaje, y antecedentes convulsivos, situación que se detecta al ingreso al Nivel Preescolar.

En el mes de enero de 1995, cuando Sonia contaba con 12 años escapa de su hogar tras ser golpeada por su madre y busca refugio en casa de su abuela materna. Ambas efectúan la denuncia ante la DGFM, hacen referencia también al abuso deshonesto. Manifiestan que Luis (10) es también golpeado.

Línea temporal estructural Sonia y Luis

Nilda madre de Sonia presenta graves problemas de personalidad con conductas muy agresivas no sólo hacia sus hijos, sino también hacia el padre de Sonia, situación que lleva a abandonar el hogar, cuando Sonia tenía 4 años. Las conductas agresivas de Nilda se proyectan también hacia los docentes y padres de los compañeros de escuela.

La característica de descontrol y violencia de Nilda hacen que, en ocasiones, la niña deba ser internada en el hospital por politraumatismos, situación que se constata en la historia clínica hospitalaria En alguno de los episodios violentos debió ser intervenida quirúrgicamente, por lo cual la DGFM inicia las actuaciones judiciales para retirar a la niña del hogar.

En los estudios de personalidad efectuados a Nilda, madre de la niña, el profesional actuante determina que presenta "una estructura de personalidad de base perversa, con predominio de

Cuadro 5

defensas primitivas..... que se configuran en un funcionamiento psicopático histeriforme de tipo defensivo, de flexibilidad limitada"; "negativismo oposicionista, tal vez como rasgo paranoide, sin clara delimitación mundo interno - mundo externo".

Existen referencias de que Nilda ha sido abusada sexualmente por el padre.

Con respecto a la familia ampliada de Nilda y a la interacción entre los componentes del grupo se dice: "Hay predominio de la familia materna, ésta es quien impone la legalidad: al padre se lo incorpora como genitor. Funcionando los afectos a través de la fusión, adhesión, mucha violencia, poca posibilidad de verbalizar". Es diagnosticada como una "familia endogámica, poca apertura a lo social...".

"El padre es desplazado de su lugar. Padre-hijo: descalificación. Autoridad reemplazada por autoritarismo. La única posibilidad de diferenciarse es irse, se puede ser sólo si el otro desaparece. Identificación proyectiva como mecanismo. La palabra es desestimada.

La estructura familiar inconsciente presenta un modo de funcionamiento mixto a predominio psicótico con características perversas, esto significa un modo de vincularse, de funcionamiento, cuyo efecto no es necesariamente la psicosis como entidad nosológica individual para sus miembros".

No existe información de la familia paterna. Los padres de Nilda G. están separados. La madre de Nilda G. tiene historia personal y familiar de prostitución y violencia, existiendo denuncia por prostitución contra la abuela materna de Sonia, quien por entonces tenía en guarda a la menor.

Línea temporal básica Sonia y Luis

Desde los aspectos institucionales, se inician las actuaciones judiciales en el mes de enero de 1995. A partir de este momento los niños quedan bajo la guarda provisoria de familiares (abuela materna, padrinos) y de la DGFM intentándose la contención en distintos sistemas alternativos: Hogar de Tránsito, Familias de Emergencia, Pequeño Hogar, Familias Sustitutas, alternándose, incluso con períodos de convivencia con la madre (Nilda G.).

En el año 1998 Sonia hace una tentativa de suicidio por ingestión de sustancias. Superado el episodio vuelve a casa de su madre.

Sonia (16) convive con una pareja dieciséis años mayor, denunciando que la obliga a ejercer la prostitución. En el mes de agosto de 1999 se fuga de la casa.

Dada la falta de una respuesta contenedora institucional, en el año 1999 el Juez decide el archivo de la causa.

Comparación de casos

Comparando los dos casos expuestos encontramos que, básicamente comparten:

a) las relaciones positivas entre edad, sexo, tipo de maltrato y perpetradores de la violencia que encontramos en la bibliografía consultada, con una excepción: la edad de comienzo del abuso sexual de Celis (caso I).

b) la modalidad de amenazas y coerción que acompañaron al abuso.

c) la victimización de los niños con anterioridad al hecho investigado.

d) la pertenencia a sectores medio-bajo de la población.

e) los menores maltratados son los que desencadenan el procedimiento de denuncia e intervención judicial, utilizando el mismo mecanismo: la fuga del hogar.

f) prácticamente todos los menores presentan problemas de conducta, inestabilidad emocional y trastornos de personalidad.

g) en ambos casos los autores del maltrato y abuso sexual fueron condenados.

Como dato diferencial con los bibliográficos encontramos que no se cumple la correspondencia entre estructura familiar y tipo de maltrato:

Maltrato - familia nuclear.

Abuso sexual - familia ensamblada.

En los casos presentados la relación se invierte, tomando en consideración la gravedad del hecho en cada categoría de maltrato.

Dimensiones Situación I

"Celis y Jorge"

Situación II

"Sonia y Luis"

Grupo familiar Familia nuclear. Familia reconstituida.
Características personales de

los padres

Padre: violento, perpetrador del abuso sexual.

Madre: pasiva, trastornos de la personalidad.

Madre: conducta psicopática.

Padrastro: violento, alcohólico.

Característica de

la familia de origen

No se conocen datos. Violencia y promiscuidad Antecedentes de incesto.
Características de

la intervención institucional

Revictimización Revictimización

Conclusiones generales

Actualmente la detección, el abordaje y tratamiento de la violencia contra el menor en la familia encuentra en la ciudad de Santa Rosa las mismas dificultades señaladas por el servicio de Violencia Familiar en su trabajo sobre el tema que data de 1989.

Utilizando los parámetros de aquél, nuestra información muestra que:

1. Los profesionales (médicos, psicólogos, abogados, asistentes sociales) presentan una formación heterogénea con respecto al tema, con muestras que van desde la rigidez al prejuicio, excepcionalmente la falta de compromiso.

Los siguientes aspectos pueden ser ejemplificadores al respecto:

- Falta de datos estadísticos en Servicios como el de Psiquiatría Infantojuvenil del hospital zonal más importante de la provincia.

- No existe centralización de la información, los datos estadísticos se encuentran dispersos en diferentes instituciones que trabajan sobre la temática, lo que llevaría a la superposición de datos.

Por consiguiente, se puede inferir que en nuestra comunidad no hay información estadística fiable sobre el maltrato a menores.

2. Adhesión a algunos supuestos teóricos explícitos o implícitos, sobre la formación familiar que circulan socialmente, "los hijos son propiedad de los padres..." "los padres en el ejercicio de sus derechos, tiene el poder de corrección sobre sus hijos para disciplinarlos y educarlos...", "la intimidad y privacidad de la familia debe ser preservada...".

En la sentencia de la situación 1, se desestimó la declaración de Celis y la pericia ginecológica.

3. Falta de capacitación y criterios comunes de enfoque en los profesionales actuantes que determinan la revictimización de los niños.

El desarrollo de los casos expuestos es acabada muestra de la situación, con actuaciones que llevan años de marchas y contramarchas con petición de multiplicidad de medidas para los menores que van desde la guarda en distintos organismos del medio, con retorno al hogar de los padres o de familiares, pasando por el abandono y variación de los diversos abordajes implementados, como así también de los profesionales intervinientes, no surgiendo, salvo en la situación I (Jorge), modificación en la conducta de los menores y sus grupos familiares.

4. Burocratización y falta de coordinación entre las diferentes instancias que trabajan con las víctimas de violencia.

Las consideraciones del apartado anterior son válidas para mostrar esta situación. Sólo se agregará un párrafo de una intervención del Juez de menores referido a Alberto H. (caso uno:"la presente reseña muestra un creciente desentendimiento con derivaciones recíprocas de una a otra (DGFM y Asesoría de Menores) con reiteración burocrática de informes ya disponibles, y una carencia de acciones que permitan dilucidar el estado del menor..."

5. Mecanismos judiciales complejos y lentos que llevan, no sólo a desalentar o abandonar denuncias, sino que además aumentan la burocratizacion interinstitucional aludida.

6. Recepción de denuncias en las dependencias policiales en donde la víctima es tratada como el victimario.

Como recomendación, consideramos que en la provincia de La Pampa es necesario crear a la brevedad, un espacio de reflexión interinstitucional y transdisciplinario para comenzar a transitar otro camino con respecto a la prevención, abordaje y tratamiento del maltrato infantil, rompiendo el círculo disfuncional que ha atrapado a los organismos creados para defender a los menores.

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Notas al pie:

1 Médicos Psiquiatras. Urquiza 43 , Santa Rosa ( 6300), La Pampa, Argentina. Tel: (02954) 429488. E-mail: olivharb@arnet.com.ar

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