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Año XI, vol 9, N°2, octubre de 2000

Otra adicción: las sectas y su logro de inducir a dependencia y servidumbre 1

Amelia Musacchio de Zan2

Introducción

Este trabajo encara el fenómeno de sujeción a servidumbre que constituye una dependencia enfermiza en el pensamiento, los afectos y la voluntad.

A esto se ven reducidas personas reclutadas por las sectas.

Hace algunos años, la Asociación Argentina de Psiquiatría Social, que en ese momento yo presidía, organizó en la Sala de Cultura de la Facultad de Medicina de la UBA, una reunión dedicada a "Las Sectas", a la que asistieron como expositores, entre otros, un matrimonio cuyos nombres ficticios eran "Juan" y "Susana", quienes hablaron al público de la sujeción morbosa que habían sufrido por parte de una secta y las terribles experiencias que trastocaron su matrimonio y su vida entera. En un posterior encuentro se profundizó la descripción de esa mezcla de seducción, informaciones falseadas, retención con diversas excusas y un real control del pensamiento del que habían sido víctimas. Otros casos de personas también sometidas, vistas en el consultorio, y el estudio de videocasettes con testimonios de adictos y ex adictos del extranjero (Estados Unidos y Francia), lecturas y estudios sobre el tema y mi experiencia como psiquiatra, psicoanalista y especialista en psicología médica, me lleva a realizar este trabajo recolectando, además, la experiencia de estudiosos sobre el tema, con la idea de esclarecer los motivos psicosociológicos que subyacen a este extraño y frecuentísimo fenómeno, y qué consecuencias tiene esta tenebrosa experiencia sobre la personalidad de un ser humano.

Para ello, dividiré este trabajo en los siguientes ítems:

1. Por qué causas y motivos fueron atraídas personas a ser víctimas de una secta.

2. Métodos y técnicas de retención de las personas y cómo convertirlas en adeptos.

3. Vulnerabilidades y situaciones vitales concurrentes y facilitadoras.

4. Consecuencias de la victimización por parte de una secta.

Por qué causas y motivos fueron atraídas personas a ser víctimas de una secta

Como puede verse, mucha gente encuentra demasiado extraño el hecho de que una persona conocida, con características relativamente normales, pudo haber entrado a participar de una secta o haberse sometido a ella. O si esta persona ya ha salido de la influencia de la secta le preguntan "¿cómo pudiste aguantar tanto tiempo?". Esto significa, en realidad: "¿cómo alguien como él/ella pudo terminar en algo como esto?" "Debe haber algo muy equivocado con esta persona", piensan. Las personas que entran en sectas, no fueron precisamente buscando ser controlados, ser dependientes, ser explotados o ser dañados psicológicamente cuando se acercaron a los miembros por primera vez, señala Shaw muy claramente en "Traumatic Abuse in Cults".

Esa pregunta que parece ingenua es la que muchos nos hemos hecho al escuchar a alguien que perteneció a una secta, y que cambió: de haber sido profesional, o comerciante o estudiante, ama de casa, y tantas otras ocupaciones normales, a estar reducido a un estado de servidumbre tal, que rechazaban familia, parientes, cambiaban su conducta y se volcaban a un grupo extraño para el que trabajaban y al que mantenían económicamente.

Sobre todo cuando, luego de salir de la secta, a la persona del líder se la veía ridícula, inferior, sin importancia, absurda o manipuladora, cuasi psicótica o psicopática. Alguien se decía "¿cómo pude creerle a este gordito mentiroso?".

Las sectas emplean misterio, milagros, autoridad y promesas de salvación. Es como si prometieran: "En vez de aburrimiento, tendrán nuevos intereses en lograr nobles objetivos"; "En vez de ansiedad existencial, tendrán una estructura y certezas"; "En lugar de aislamiento o soledad, encontrarán una comunidad"; "En lugar de impotencia, encontrarán solidaridad incondicional por parte de importantes líderes". Las sectas ofrecen respuestas concretas y rápidas, y prometen importantes logros sociales, espirituales y afectivos.

Los que consiguen adeptos se dirigen a las ansiedades y a la soledad de personas que están sufriendo problemas personales, transiciones, crisis; brindan la promesa de una curación transformadora dentro del marco de una comunidad que le tiene cariño y que la cuida. Y que sanará las heridas que le han provocado las equivocaciones, las fallas o el odio de los demás (familia, grupo de pertenencia, etcétera).

Es que ellos han dominado, entre otros, el arte de la seducción, usando técnicas de influencia muy astutas y que ejercen una extraordinaria influencia sobre las personas.

Dentro del tema de la seducción, cabe recordar que los líderes del grupo no informan claramente sobre su propia historia o sobre hechos de su vida. Es como si re-escribieran y falsificaran sus propias biografías. Dan poca información real sobre ellos. Hay personas que se acercan al grupo y que no sabían; sólo después se enteran, por ejemplo, del abuso sexual del que habían sido víctimas otras personas, o las incitaciones que sus líderes ejercían sobre algunos de sus seducidos. Cuando lo captan, están ya bajo tan fuerte influencia que esto no les provoca, sorprendentemente, la repugnancia que cabría esperar de su anterior formación moral. No les provoca horror ni deseos de escapar, ni de irse. Algunos consiguen salir cuando llegan a percibir un daño personal o a un ser querido que su mente no puede ya negar. Una joven escapó cuando quedó embarazada del líder y éste la obligó a hacer un aborto. Eso fue un hecho traumático que hizo despertar en ella un sentimiento de horror, de maltrato, de lástima y de ser manipulada; describe José María Baamonde en "Sectas y Lavado de Cerebro".

Pero la seducción tiene un componente muy interesante, que es el que tan bien conocemos en psicología dinámica, que es la seducción seguida de frustración. A veces se ve también fuera de las sectas, en personalidades histéricas con rasgos psicopáticos una de cuyas características es ésta: seducir a una persona y, cuando ésta se entusiasma, y se interesa, la frustran o la alejan. Algunos no se prestan a este juego y se apartan de estos "seductores frustradores" pero otros quedan como pendientes de este juego, deseando el momento en que la seducción reaparezca creyendo en nuevas promesas y negando la segura frustración que le espera.

En las sectas participan de esta característica psicológica todos los miembros que quieren atraer o hacer permanecer a los ya reclutados. Primero les hacen saber que son personas hermosas, o valientes, o con coraje, o con interés, o con más inteligencia que el común de las personas, o con "algo especial", o mejores que nadie; y luego, en otro período, le retiran esta admiración o este afecto, con lo cual la persona queda desubicada y deseando poder ocupar nuevamente el lugar de privilegio y admiración que perdieron. Veremos en "vulnerabilidades" que estas personas caen víctimas de su necesidad de apoyo, de estima, de aprecio, lo cual facilita que sean manipuladas. Gracias a este vaivén quedan tan dependientes que a veces son capaces de sufrir hasta castigos físicos. Recuerdo a alguien que me contaba que pese a ser la "elegida" del líder de la secta, en un momento dado, en un encuentro, éste la abofeteó fuertemente porque no coincidía con algunas de sus postulaciones. Un matrimonio también era castigado por el líder o sus ayudantes. En algunos, esto incrementaba un sentimiento de culpa previo.

Seducir-frustrar, seducir-frustrar es una actitud humana tan vieja como el mundo, pero estos seductores han encontrado, de una manera hábilmente manipuladora, que este método sea útil con algunas personas dependientes, como vimos, necesitadas de amor y autoestima. Si estos aparentes logros les son quitados, los buscan nuevamente con desesperación sometiéndose a lo que fuera, pagando el altísimo precio de encontrarse inmersos en una relación sadomasoquista, en la cual, obviamente, deben jugar el rol de víctimas.

Pero esta seducción y ciertas técnicas que ahora veremos, no calman todavía la curiosidad de la gente común sobre el por qué se entra a una secta.

Cuando se piensa que hay personas que han sido captadas por sectas, que han obedecido órdenes absurdas, que han cambiado su modo de vida abandonando a su familia, que han trastocado su vida sexual a veces gravemente, que se han sometido y subordinado a un líder y a un grupo, tal vez estafando y robando para ellos, la sana razón se despierta y dice ¿Cómo es esto posible?

"Si un adulto entra en una secta lo hace porque quiere", se dice entonces. "Es imposible que alguien que no es un alienado se comporte con esta disparatada sujeción a la esclavitud, con esta aceptación absurda, y sea reducida a servidumbre", se argumenta.

Margaret Singer, quien es psicóloga clínica y Profesora Adjunta del Departamento de Psicología en la Universidad de California, Berkeley, habla del "culpar a la víctima" y describe varias clases de víctimas en "Cults in our Midst". Sigo aquí su pensamiento, muchas personas consideran que quienes se acercan a las sectas son culpables, que buscaron un camino equivocado porque sí, o porque sin duda, su avanzada patología los llevó a ello.

Existe un prejuicio bastante generalizado entre la gente común, incluso intelectuales y universitarios, que suelen pensar frente a este fenómeno tan asombroso, que si alguien parece normal y pertenece a una secta es porque quiere, porque "se la buscó", porque por algo oscuro será que pertenece.

Este pensamiento, bastante común, responde a una natural tendencia en el humano a culpar a las víctimas. Veamos algunos ejemplos. Las mujeres que han sido violadas posiblemente "hayan provocado la situación", "se habían vestido especialmente para estimular la violencia sexual", ó "no debía haber estado en este lugar y/o a esa hora".

Estas opiniones no tienen por qué ser equivocadas, pero suelen pensarse de modo automático, gracias a esa condición de la mente humana que tiende a externalizar lo malo en otros, en generalizar las conclusiones sin discriminar de quién se piensa o habla, y en simplificar los hechos.

Los niños suelen ser culpados de sus resfríos por no usar abrigo en días de invierno, como igualmente los maridos son culpabilizados por sus mujeres. Éstas, a su vez, son "absolutamente responsables", según sus maridos e hijos, de que se haya pinchado un neumático, por no haber revisado el coche antes, etcétera. Es decir, las personas suelen rápidamente externalizar la culpa.

La gente suele reconocer cuatro clases de víctimas. La primera: víctimas de crímenes violentos. La segunda: víctimas de desastres naturales y enfermedades graves. La tercera: víctimas de terroristas o secuestradores. La cuarta acepción sería la de las víctimas de agravios, maltrato, heridas emocionales, mala praxis médica o legal, y otras agresiones que alguien haya ejercido contra ellos.

Pero hay otra clase de víctimas: aquéllas que han estado en situaciones de "dependencia coaccionada" (como las llama Singer) como consecuencia de haber estado sometidas a un proceso de reforma del pensamiento. En esencia, este proceso se lleva a cabo a través de un programa de reconstrucción conductual, un programa de manipulación sistemática usando técnicas psicológicas y sociales. Es comúnmente conocido como "lavado de cerebro". Los miembros de sectas se encuentran entre esta quinta clase: las víctimas de la "reforma del pensamiento".

Los que pertenecen o han pertenecido a una secta son entonces víctimas. Víctimas de personas que sistemáticamente ejercen sobre ellas estrategias de seducción, manipulación del pensamiento, reforma del mismo con amplio despliegue de técnicas de tipo verbal, comunitario, físico y moral.

En todo el mundo académico relacionado con el tema se las reconoce como víctimas, que incluso han luchado para no ser captadas. Algunas se han apartado o huído, pero muchas de ellas no han podido vencer las poderosas influencias utilizadas para retenerlas.

Quien haya leído la epopeya de Steven Hassan, autor de "Combatting Cult Mind Control", recuperado gracias a haber sufrido un accidente por estar conduciendo un automóvil con poquísimas horas de sueño, como siempre por trabajar para la secta. Este accidente lo volvió a su familia a la que había abandonado. Ésta observó el estado catastrófico en que estaban su cuerpo y su mente, y lo ayudaron con el máximo amor y dedicación a "desentrenarlo" de su pensamiento condicionado. Su libro es un muestrario vívido de cómo una secta puede transformar a un hombre culto de nuestros tiempos en un esclavo (hasta vendía objetos por la calle a precios altos con la mentira de que eran para solventar obras benéficas).

En su comentario sobre el libro de Steven Hassan, Louis J. West, en el American Psychiatric Journal, señala los tres principales elementos del control de una persona: control de la conducta, control de los pensamientos y control de las emociones. Hassan agrega un cuarto elemento usado habitualmente por los cultos destructivos: el control de la información.

Quien haya escuchado de modo personal las maniobras de que fueron objeto estas víctimas, no puede menos que entender que las sectas son sociedades dedicadas por lo menos a adquirir poder -cualquiera que éste sea- y dinero para beneficios de sus líderes.

Métodos y técnicas de retención de las personas y cómo convertirlas en adeptos

Reforma del pensamiento o control de la mente. Brainwashing [Lavado de cerebro]

Estudiosos que analizaron los métodos de "lavado de cerebro" utilizados por los chinos comunistas durante la guerra de Corea y por otros grupos, vieron que éstos eran extraordinariamente hábiles para convertir a los prisioneros de guerra de enemigos a convencidos seguidores.

Estos sistemas de reforma del pensamiento y cambio de su contenido, es uno de los fundamentos principales del éxito de las sectas. Describiré ocho de estas características que Robert Lifton identifica como "Sistemas de totalitarismo ideológico". Es interesante el estudio de estos ocho puntos porque pueden fácilmente ser encontrados en el ambiente enfermizo de las sectas.

La primera es el Control del medio, control de la comunicación con el ambiente: es mantener crecientemente aislado a los miembros de los no miembros. Es lo que algunos llaman "clausura personal". Las víctimas están recibiendo constantemente indicaciones y órdenes de suprimir las dudas y de no fomentar pensamientos conflictivos sobre qué es verdadero, qué es falso y qué es real. Las personas que ya han sido captadas por las sectas pueden ir a sus casas, por ejemplo (muchas de ellas ya viven en una casa de la secta) pero aunque vivan fuera, están sin embargo clausuradas mentalmente por la fuerza de la constante reafirmación de verdades como si éstas fueran las únicas. Les cambian entonces el sentido de lo que es real y lo que es verdadero.

La segunda característica es la Alteración del lenguaje: aquí hay una reducción o distorsión, o conceptos complejos, pensamiento, slogans, etc. que son usados en algunas sectas al máximo. Limitan los procesos mentales normales, limitan el juicio normal. De hecho, hay sectas donde hablan con una suerte de argot personal que luego no utilizan en la vida común, cuando se dirigen a la gente común, pero que sí usan en sus reuniones. Son frases fuertes, breves y concretas, "ideas-fuerza", silogismos, juegos de palabras, axiomas, explicaciones basadas en premisas, lenguaje propio o con sentido diferente del que el resto de la gente comprende. El lenguaje es "no pensar".

La tercera podría llamarse Demanda de pureza y es lo que llamamos en psicología dinámica Disociación: esto es decidir que algo es totalmente bueno y algo es absolutamente malo, pese a que esta dicotomía no suele darse en la vida real con tanta escisión. Y hay una demanda de separación radical: lo puro de lo impuro, lo bueno de lo malo, tanto en el ambiente como dentro del sí mismo. Es, añadimos, un pensamiento maniqueo y absoluto. Esto crea un mundo interno y externo de culpa y vergüenza en el cual las personas se vuelven patológicamente ansiosas para saber si serán recompensadas o castigadas aquí o en el otro mundo. Nada de esto se parece a una sana religiosidad donde un amor maduro y adulto guía las acciones de aquellos que creen los principios de una religión tradicional.

 

La cuarta característica es la demanda de Confesión pública. Estas sesiones de confesión, tienen un ostensible propósito de purificación, evolución espiritual, manipulación de la culpa y de la vergüenza; de exponerse totalmente al grupo y de profundizar su sentido de pertenecer a él. Por supuesto estas confesiones llevan consigo, no solamente las presuntas o reales faltas cometidas, sino que tienen que ver con los problemas matrimoniales y familiares, dificultades con los hijos, y con las posesiones materiales: con cuánto dinero se cuenta, dónde tiene la víctima sus cuentas bancarias, cómo maneja sus fondos, etc. Éstos son los datos necesarios para luego poder ser manipulados y chantajeados por parte de los líderes de la secta.

La quinta característica es una Manipulación mística, que es un proceso sistemático, planeado y manejado por el líder del grupo y por sus ayudantes, por el cual debe verse al líder como omnisciente, omnipotente con poderes o atributos especiales. Es el único mediador o intérprete de verdades ocultas y absolutas. Esto da lugar a la aplicación del dicho de que " el fin justifica los medios" ya que la conducta y directivas del líder son siempre interpretadas como teniendo un origen divino, o casi divino, y un propósito muy superior.

Se usan principios dogmáticos que conforman una "ciencia" sobre la verdad, el comportamiento humano, la psicología humana. Toda la experiencia en la secta debe ser filtrada a través de ellos.

La sexta sería una Doctrina sobre la Persona. Es un reescribir su propia historia, o, según el caso, simplemente ignorarla, e ignorar sus reales percepciones y pensamientos. Los miembros se acusan de terribles faltas de las que han sido convencidos. La persona se desestructura para ser "instruida" sobre sí misma con conocimientos nuevos y convincentes.

La séptima la constituye una Ciencia Sagrada. Aquí todo conlleva dogmas previos y cualquier duda acerca de estos dogmas o doctrinas son la prueba fehaciente de la propia inadecuación personal, de los defectos, de los pecados. No hay diálogo, disenso, discusión de principios. Todo debe estar alineado con respecto a dogmas que son absolutamente ridículos y arbitrarios. La gente que no las obedece ciegamente se arriesga a estar excluida del grupo. Pero desde que la doctrina está creada para servir a los propósitos del líder sociopático, los seguidores deben disociar partes de sí mismos y criticar sus propios valores para justificar las acciones del líder que, de otra manera, serían intolerables para ellos.

Y la octava sería la Visión totalitaria de una verdad. Los miembros son parte de un movimiento elitista, son electos en el mundo. Cualquiera que desobedece o se desvía del dogma (inventado por el líder y sus cercanos seguidores) es automáticamente falso, malo, maligno y rechazable. Los líderes son jueces y pueden cambiar sus criterios para juzgar a alguien. Pueden, por ejemplo, juzgar a los buenos como malos, a los inteligentes como tontos, a una mujer agradable de facciones, en fea. Como se ve, estas sectas usan el miedo para controlar a sus miembros. Porque el tener miedo al rechazo de alguien a quien se ha erigido en ideal absoluto es, en el fondo, un miedo profundo a la aniquilación. No hay perdón, no hay verdadero amor y respeto, hay solo manipulación cognitiva y de afectos.

Ahora bien, mientras que las técnicas dedicadas a reformar el pensamiento son dedicadas a aspectos a veces periféricos del "self" (llamamos "self" al sí mismo, a la persona total de un individuo, incluyendo el propio cuerpo y su organización psíquica), como por ejemplo una visión social o política, las sectas llegan al corazón del self, al centro del self, a la propia imagen de la persona porque el líder es percibido como deidad o que a todo tiene derecho dado por una divinidad o por sí mismo. En un sistema ideológico totalitario, el displacer del líder va a hacer entender al miembro que el centro de su personalidad es indeseable, que está monstruosamente lleno de defectos.

Otro mecanismo que reforma la mente es la instilación del placer por obedecer. Por ello la obediencia en tener relaciones sexuales con el líder o con quien éste señale. Las premisas de iniciar a un hijo o a una hija en la vida sexual, las relaciones entre varias personas y entre personas del mismo sexo no suenan discordantes al sometido, puesto que todas confluyen en un ideal, una meta, una obediencia al amor, o un modo de sentir otro amor, o de poder pertenecer y no ser expulsado.

El miembro ha sido condicionado para vivir el hecho de que la pérdida de la gracia del líder es equivalente a la pérdida de sí mismo, de su self. Por eso su ansiedad por permanecer como miembro en armonía va creciendo. Esta ansiedad está mezclada con un intenso miedo, con falta de sensación de ayuda, pérdida de control y miedo a la aniquilación. Algunos piensan que estas dominaciones psicológicas son iguales a aquéllas que sufren las víctimas de terroristas, o maridos golpeadores, porque el efecto final de estas técnicas es convencer a la víctima de que quien hace estas cosas es omnipotente, que la resistencia es inútil y que su vida depende de su indulgencia a través de poder complacerlo siempre. El éxito del torturador es imbuir en sus víctimas, no solo miedo a la muerte, sino también gratitud por haberle sido permitido vivir. Así, la víctima se identifica con el agresor, aceptando la agresión como purificación, y la ausencia de agresión como premio, como beneficencia. Es una desesperada y degradada posición para encontrarse a sí mismo. Esto tiene elementos en común con los sobrevivientes de violencia, veteranos de combate, mujeres golpeadas y prisioneros políticos, con los supervivientes de vastos campos de concentración y los sobrevivientes de pequeños escondidos campos de concentración creados por tiranos que rigen sus casas. Someten a los miembros a humillaciones similares.

El psicólogo Edgar Schein subraya la importancia de la presión de los pares de este modo:

- Si tú dices algo frente a otros, tú lo harás.

- Una vez que tú lo haces, tú lo pensarás.

- Una vez que tú lo pienses (en un entorno que tú no percibes que sea coercitivo), tú creerás que lo pensaste por ti mismo.

Margaret Thaler Singer expone seis condiciones para la Reforma del Pensamiento.

Estas condiciones van precedidas -siempre según las variantes de cada grupo sectario- del siguiente programa:

- Desestabilizar el sentido de sí mismo (self) de una persona.

- Hacer que la persona reinterprete drásticamente la historia de su vida y cambie radicalmente su visión del mundo y acepte una nueva versión de la realidad.

- Transformar a la persona en un agente que la organización pueda enviar a diferentes misiones.

Este es el programa y las condiciones son:

1. Mantener a la persona en desconocimiento de lo que está sucediendo y los cambios que existen a su alrededor. Que no sepa que hay una agenda con pasos o instrucciones para controlarla o cambiarla.

2. Controlar el tiempo de la víctima y, si es posible, el entorno físico (contacto, información).

3. Crear una sensación de pérdida de poder, de miedo y de dependencia.

4. Manipular un sistema de gratificación, castigo y experiencias de modo tal de inhibir la conducta que refleje la personalidad y la identidad anterior.

5. Manipular un sistema de gratificación, castigo y experiencias para promover la enseñanza del sistema de creencias e ideología del grupo y comportarse de un modo aprobado por el grupo.

6. Encerrar a la persona en un sistema lógico cerrado y una estructura autoritaria que no permite ser modificada excepto con la aprobación del líder o gracias a sus órdenes.

Si alguien cuestiona el mentir para conseguir fondos, se le muestra su "mentalidad degradada". Una mujer perteneciente a una secta cerrada quiso ir a ver a su abuela que estaba muriendo. Se le negó, advirtiéndosele que ella era egoísta, que allí la estaban fortaleciendo, y que ésta era su nueva familia, por eso la orden era que no debía ir.

Resumen de algunas características que utilizan para despersonalizar a las víctimas

El adepto, cuando llega a la secta, lo primero que encuentra es un sentido de familia y de pertenencia. "Te queremos mucho", "tus padres no te quieren", "tu familia no sirve", etcétera. Luego, como ya vimos, se fomenta:

- Rechazo de los viejos valores.

- Aceptación de nuevo estado de vida.

- La presión del grupo (no poder comunicarse libremente).

- Destrucción de lazos familiares.

- Destrucción de antiguos vínculos y relaciones sociales.

- Nuevos matrimonios.

- Nuevos lazos familiares.

- Inducción a tener relaciones sexuales con personas que no son el marido o la mujer.

Otras técnicas:

- Trabajos agobiadores o ritualmente repetidos (fabricar varillas de incienso y estar impregnados por horas a ese aroma).

- Pocas horas de sueño.

- Comidas escasas, falta de proteínas.

- Confesiones públicas y revelación de secretos de su vida pasada.

- Dar testimonio de sus vidas de pecado utilizados después por el líder para chantajearlos.

- Lealtad y obediencia ciegas, en algunos grupos con amenazas, a veces, castigos corporales.

- Largos períodos escuchando discursos.

- Técnicas de hiperventilación.

- Inducción al trance, relajación.

- Obligación de aceptar la autoridad del líder como si fuera la de Dios.

- Repetición de que el líder les va a dar salud, progreso, poder y los va a salvar.

- No se puede razonar: "¿Por qué tengo yo que creer esto?".

- Técnica permanente de Premio y Castigo.

- Venta de objetos o flores para llevar dinero al líder.

- Donación de dinero de sus cuentas bancarias.

- Cambios físicos que lo ayudan a olvidar su vida pasada (recién nacen).

- Cambio de ropa, corte de pelo diferente, códigos de vestimenta.

- Inducción al cambio de los hábitos sexuales.

- Hablar de forma diferente a las personas comunes de su ambiente.

- Control constante del tiempo y de la información que reciben y actividades que desarrollan.

- Si un compañero dijo algo que puede implicar una duda, aviso inmediato al líder.

- Denigración de toda pauta de vida anterior, por oponerse a la salvación.

- Hipnosis.

- "Bombardeo de amor".

- Quita de la privacidad.

- Desinhibición.

- Imbuir de culpa y miedo.

S. Hassan comenta que el primer día que estuvo en contacto notó que los nuevos estaban rodeados por los miembros, y que no pudieron hablar entre ellos sin que estuvieran los otros presentes.

La persuasión coercitiva

Hasta ahora hemos visto la reforma del pensamiento y el lavado de cerebro. Un sinónimo de esto que trae el autor español Rodríguez Carballeira, es la "Persuasión coercitiva".

Entonces, en la persuasión coercitiva, desde el punto de vista de una óptica psicosocial, encontraremos técnicas de tipo ambiental. Por ejemplo, el aislamiento.

Hay testimonios que dicen que tres semanas de adoctrinamiento absoluto y aislamiento habían hecho a una persona vulnerable e incapaz de desenvolverse en el mundo real. Según dice la víctima: "estar afuera otra vez fue un choque, una conmoción cultural que me impedía manejarme con la realidad".

Como ya vimos antes, el control de la información tiene un sentido muy importante, a la gente se la mantiene ocupada constantemente y acompañada por otros miembros, sin poder intercambiar con el exterior. Así, la secta es su única fuente de información y posee, por lo tanto, el monopolio de la comunicación. Por eso, la persona que ha sido reclutada está disociada de sus habituales referentes, por lo que pierde la habilidad o la facultad de evaluar estos hechos con su marco común de referencia.

Así se va creando un estado de dependencia existencial.

Otros elementos que ya hemos visto es impedir el control del tiempo. Es un elemento de desestructuración mental. El autor señala la alteración de la memoria histórica del sujeto y que vive así siempre en un hoy. Se le llama la expansión del presente.

Otro de estos elementos es la sumisión a la autoridad. La secta representada por su líder, dice Rodríguez Carballeira, se erige en el único camino para la verdadera existencia, es la única autoridad verdadera para tomar cualquier decisión sobre la vida de los adeptos y el funcionamiento del grupo por nimia que ésta sea.

Lifton dice que en toda estructura totalitaria la existencia depende, en gran parte, de la sumisión, como dice: "obedezco, luego existo". En algunas sectas, no en otras, se enfatiza el debilitamiento físico. Hay un testimonio que dice "allí te absorben. Yo ya no veía ni la luz del día, ahí trabajas sábados, festivos, todo el día. Eso contribuye a que te separes de tu familia, tus amigos y todo lo demás".

Con respecto a la coerción física que no todas las sectas practican, el debilitamiento psicofísico se compone de tres tipos diferentes de tortura. El de las privaciones, el de la violencia física y el de la violencia psíquica, postula Francisco Alonso Fernández, catedrático español, en un trabajo sobre el terrorismo.

A veces, se ve que una idea de autosacrificio absurdo atrae más que la idea de bienestar. Pero lo más destacado de la reforma del pensamiento es la penetración, dice Lifton de las fuerzas psicológicas del entorno en las emociones internas de la persona. Por eso habla de la activación emocional del gozo, al que llaman "love bombing" o bombardeo de amor (ver página 19). Hay sonrisas, aceptación, aprobación, alabanza, contacto físico. Es una bien orquestada demostración de afecto dirigida a los cinco sentidos.

La activación emocional del miedo, la culpa y la ansiedad con la aplicación selectiva de premios y castigos son tácticas de aumentar la incertidumbre y la dependencia de la autoridad, como hemos visto. Un testimonio dice: "es que sus normas eran que nunca preguntaras el por qué. Si él decía que era así, tenías que creerlo. Muchas veces no tenías una explicación, pero ya te lo creías de por sí, exclusivamente porque lo había dicho él".

Las amenazas son una formulación de penas y daños futuros si alguien escapa o no obedece. Comprende las advertencias y amenazas que reciben los adeptos para disuadirlos de abandonar la secta. Los mensajes amenazantes, intimidatorios, o los insultantes tienen un claro efecto coercitivo al igual que la manipulación de la ansiedad, el miedo y el amor.

El espionaje y la delación mutua de comportamientos deja traslucir la gran fuerza de la presión del grupo para el mantenimiento del control social y el camino hacia una homogeneización colectiva. "Cuando tenía dudas", dice alguien, "sentía culpa porque pensaba que no era como debía ser, que no correspondía a la ideología del grupo; a mí mismo no me traicionaba, traicionaba al grupo".

Las técnicas de tipo cognitivo se usan, por ejemplo, por la denigración del pensamiento crítico. La denigración del pensamiento autónomo de un sujeto lleva a la desvirtuación y a la renuncia de sus valores previos y de los métodos de análisis propios de su anterior experiencia cognitiva.

Dice alguien: "se nos programó para no pensar, sólo esto explica que yo cada día robara una docena de litros de leche y creyera que haciéndolo estaba purificando el alma del lechero".

Cada vez que surgen pensamientos independientes le sobrevendrá al sujeto una alarma; cuando experimente ese estado de disonancia cognitiva entre sus postulados y los de la secta, se sentirá culpable de haberse desviado de su doctrina, tenderá a eliminar la disonancia retirando sus postulados y reafirmando los del grupo de nuevo para recuperar así la congruencia cognitiva.

Otra técnica es la distorsión de la realidad y de la información mediante la ocultación, la mentira y el engaño. Es lo que Lifton llamaba la manipulación mística, engañar, mentir, poner un ideal extraordinariamente alto, supuestamente altruista, pero todo es una gran mentira.

Jim Jones, el líder, cuando llevó a sus seguidores a la jungla de Guyana, a la muerte, les dijo, entre otras cosas, que debían hacerlo porque iban a sufrir el ataque inminente y generalizado de la CIA.

Ellos usan la identificación con el agresor. En grupos terroristas, la identificación con el agresor está visto como el Sindrome de Estocolmo, que es la transformación del secuestrado hacia una aproximación afectiva e identificación ideológica con sus raptores. Patty Hearst sufrió lo mismo; bajo el apodo de Tania, robó un banco; su mente estaba absolutamente transformada gracias a una brutal tortura y mentiras, luego de las que, gracias a una intensiva adoctrinación, se unió al grupo.

El maniqueísmo está siempre presente. Su dicotomía es: nosotros o el abismo, la conciencia de grupo es la conciencia propia, el odio por el enemigo común -real o inventado- es necesario para la unificación del ser colectivo.

El control de la atención hace que la atención del adepto esté obligada a enfocarse casi todo el tiempo en torno a los ámbitos de acción del grupo, y que tenga restringido el acceso libre y espontáneo a otras áreas. Lo mismo que sucedía con la denigración del pensamiento crítico.

Ya hablamos del control de los estímulos que son dos formas extremas de intervención, una por defecto y otra por exceso, que son: la privación sensorial y la sobresaturación sensorial.

Con respecto al lenguaje, llamamos a este el lenguaje del "no pensamiento", hay palabras talismán cargadas de especiales connotaciones emocionales. Jim Jones, cuando hizo suicidar a sus adeptos, decía: "tomad la poción, como solían hacerlo en la antigua Grecia, y, por encima de todo, tranquilamente, porque nosotros no estamos cometiendo un suicidio, es un acto revolucionario".

Hay técnicas de inducción de estados disociativos. El DSM IV, Diagnostic and Statistic Manual of Mental Disorders de la American Psychiatric Association, describe los "Trastornos disociativos que no estén especificados en otros ítems", así: "Síntoma disociativo es la dislocación de funciones habitualmente integradas como la conciencia, la memoria, la identidad o la percepción del ambiente. Aquí se incluyen, entre otros, los estados de disociación que ocurren en individuos que han estado sujetos a períodos de intensa y prolongada coerción persuasiva (por ejemplo brainwashing), reforma del pensamiento o adoctrinamiento mientras estaban en cautiverio".

¿Cómo se induce la alteración del estado de conciencia? El uso de cánticos, mantras, la recitación de un encadenamiento sucesivo de fonemas sin sentido, que da la impresión de formar un nuevo idioma, o una mezcla de otros. El empleo de diferentes sistemas de meditación, oración, prácticas de no pensar, los procedimientos de hipnosis y rituales de renuncia al pasado, el aislamiento y la privación sensorial que, al igual que la sugestión hipnótica, implica una eliminación de resistencias. La sobrecarga sensorial por bombardeo de amor, intensificación de adoctrinamiento, etcétera. El debilitamiento psicofísico, ya comentado, el desarrollo de tareas monótonas y repetitivas, las estimulaciones rítmicas y las danzas, y, alguna vez, el uso de drogas.

En síntesis, el conjunto de técnicas de persuasión coercitiva actúa básicamente en dos direcciones: una, aumentando la vulnerabilidad del sujeto para hacerlo más influenciable; otra, interviniendo manipuladoramente sobre él y su entorno para conseguir transformar sus formas de sentir, pensar y actuar. El corolario es poder desarrollar en él una nueva identidad.

De uno u otro modo, la utilización de tales métodos es un brutal ataque a la estabilidad psíquica del individuo, a su derecho a la salud, a la privacidad y a su libre capacidad de decisión.

Vulnerabilidades y situaciones vitales concurrentes y facilitadoras

Hay factores que pueden ayudar a que una persona pierda aspectos de su identidad y pueda ser capturado por sectas o por pensamientos extraños o por una patología de orden social que no necesariamente tiene que ser una secta. Estos factores son vulnerabilidades de la personalidad y no ayudan a la posibilidad de una relación normal entre el Yo, el mundo interior y el mundo externo.

Se denomina Yo a una parte del aparato psíquico que comunica a la persona con su mundo interno y con el exterior, armonizando las dificultades que pueda haber en esta relación. Consignamos aquí algunos factores que coinciden con nuestra experiencia clínica cuando alguien está predispuesto a sufrir una crisis psicológica, adicción a drogas, un "brainwashing" o lavado de cerebro, y otros:

- Que se vivan dificultades en la comunicación con la familia y las personas del ambiente.

- Que haya una situación matrimonial frustrante.

- Que la persona padezca un alto montante de angustia manifiesta o latente.

- Que sienta crónica insatisfacción por la vida que está viviendo.

- Que esté descontento con la sociedad o sus normas y no halle paz ni camino para ayudar a cambiarlas.

- Que tenga temor para enfrentar un mundo que se presenta como caótico y exigente.

- Que no haya un propósito interno de vida personal, sino un estar a la deriva.

- Que haya necesidad de seguridad, autovaloración y heterovaloración por baja autoestima.

- Cierta susceptibilidad hacia los estados de trance y tendencia a la sugestionabilidad.

- Que tenga insatisfacción por las religiones tradicionales.

- Hallarse en estado de crisis a nivel de estudio, profesión, laboral, emocional, social, afectivo, etcétera.

- Curiosidad o especial interés por lo desconocido, esotérico y misterioso.

- Inmadurez e identidad no consolidada.

- Tendencia a ser una personalidad dependiente de otras más líderes.

- Ausencia de padres por carencia de guía, dirección, control, atención y afectos positivos.

- Trastornos en la formación de la personalidad. Puede verse tendencia a la depresión, falsa seguridad.

Esta lista, necesariamente incompleta de dificultades emocionales y cognitivas, son elementos de vulnerabilidad que predispone a las personas a ser víctimas de procesos de enfermedades mentales leves o graves, distorsiones de su personalidad o enfermedades piscosomáticas, o ser víctimas de sectas que dan una seguridad ficticia: ambiente afectivo, pertenencia a un grupo, ser bien recibido y alabado, elevar (artificialmente) la autoestima, trabajar para una misión y tener a alguien, o un hombre o una pareja, que como padres sustitutos atiendan y calmen todos los problemas y angustias, e incluso puedan proveer satisfacción sexual de variada índole.

Hemos oído con qué alegría personas han recibido expresiones de amor y cariño cuando frecuentaban las sectas: "que era la única", "que era la mejor", "que tenía algo especial".

Marc Galanter cita a "Ellen" quien declara que cuando conoció a sus compañeros de secta se dio cuenta de que la amaban, que era como si la sostuvieran en sus brazos. "Yo era como una beba cuya madre guía sus movimientos y la cuida".

Las antedichas vulnerabilidades pueden inscribirse en lo que en psicología dinámica llamamos "Debilidad del Yo".

La fortaleza del Yo incluye 3 elementos muy importantes y básicos,

- la capacidad de poder tolerar la ansiedad,

- la capacidad de tolerar un grado razonable de frustración,

- la capacidad de controlar los impulsos.

Además, cabe agregar la capacidad de utilizar defensas psicológicas adecuadas, tener un adecuado juicio de realidad y poder sublimar.

Otros elementos que también muestran la fortaleza de un Yo, es la habilidad de habérselas con un moderado estrés, tener un adecuado trabajo, hobbies y/o intereses, y finalmente, la capacidad de tener un adecuado sentido del humor como muestra de salud mental.

Aquellos que han tenido la experiencia de haber pertenecido a una secta y que ya se han recuperado, suelen aconsejar: "Esté alerta con sus vulnerabilidades".

No es despreciable la presión que puede ejercerse sobre la persona cuya fortaleza mental estará puesta a prueba tan duramente que nadie podría decir que saldría absolutamente indemne de tales manipulaciones.

Hay que recordar que las técnicas de manipulación de las sectas son tan poderosas que ellas actúan sobre una persona aunque ésta no se halle experimentando especiales dificultades.

Aunque pequemos de reiterativos, hay que recalcar que la inmadurez afectiva es importante. Algunas de sus características son, entre otras, que la persona tiene mucha dificultad para soportar situaciones displacenteras, frustrantes de la vida, y busca entonces un padre y/o una madre que piensen y sientan por él/ella. Se resiste a aceptar la postergación de los deseos. Tiene sentimientos infantiles hacia los padres y hacia los demás. Tiene problemas en adaptarse adecuadamente a situaciones.

Ex miembros subrayan que si se está sometido a situaciones de tensión creadas por la presión de los exámenes o del grupo social, si se han roto relaciones afectivas, si existen sentimientos de soledad, si hay que tomar decisiones importantes, hay que recurrir como consejeros a personas de reconocida honestidad y trayectoria porque las sectas se aprovechan de estas épocas para atraer y prometer un bienestar que calme el displacer actual.

Mecanismos psicodinámicos prevalecientes en algunas víctimas de sectas

Idealización

No cabe duda de que las personas que son captadas por las sectas tienen una apreciación errónea de la persona que dirige la secta, su criterio de realidad está perturbado pues atribuyen al conductor cualidades exaltadas de perfección o de grandiosidad, o simplemente, entienden que siempre tiene razón. Hay un mecanismo muy bien estudiado por la psicología dinámica que se llama idealización.

La idealización es una admiración exagerada de una persona o de los atributos de una persona.

En este caso, sus cualidades son elevadas a un punto de perfección, de grandiosidad, de exaltación. Sentimientos acompañantes de la admiración son la veneración, el respeto total, mucho más allá de lo que puede ser el natural aprecio por una persona que tiene cualidades descollantes.

Se interpreta, en psiquiatría dinámica, que este mecanismo comienza en la infancia cuando los niños ven a un padre o una madre con condiciones extraordinarias gracias a su pequeñez y su impotencia. Este hecho, que no es útil en la vida adulta, aparece en la vida infantil durante un período que se llama anaclítico. En éste, la relación con el padre y la madre está condicionada a la satisfacción de las necesidades del niño. Los niños por sí mismos no pueden alcanzar todo lo que desean, por eso exageran las cualidades de los padres: omnipotencia, capacidad para todo, razón en todo. Un padre que llena todas las condiciones de necesidad es un reflejo de la experiencia del niño; depender de alguien que satisface. La idealización también incluye que frente a la frustración y el dolor por lo general hay un padre o madre real o imaginario pendiente de las necesidades y sentimientos del niño que sufre.

Se comprende mejor esta situación con la descripción de la "transferencia idealizada". Transferencia en sentido amplio, es ubicar en una persona actual sentimientos que han sido vividos anteriormente con otra. El psicoanalista Heintz Kohut utiliza el término "transferencia idealizada" cuando la necesidad de idealización, o de fusión, o de amalgamarse con una persona que es calma o fuerte o sabia y/o que da y nutre es establecida en un esfuerzo de reforzar el polo de los ideales que puede estar dañado en una persona. Este daño significa tener una "herida" emocional por la relación previa con los padres o con alguien que ha sido importante y que ha defraudado. A veces se ve a personas deprimidas por la desilusión porque han inventado rasgos propios de la idealización en políticos, en jefes, en maestros, estrellas del rock, músicos, etc. y esta gente aparentemente no ha respondido a ese alto concepto que sólo el mecanismo de idealización podría haberles adjudicado.

La idealización, que a mi juicio es muy importante en estas situaciones, se ve desde del punto de vista de otros autores psicoanalíticos -Melanie Klein, Otto Kernberg-, como una defensa contra sentimientos negativos contra alguien. Estos serían la rabia, la envidia, la devaluación, la falta de aprecio. Entonces, la idealización no solamente sería la adjudicación a otro de muchas virtudes (como hacen los que están sujetos a un personaje de la secta donde, prácticamente, se convierte en un guía permanente y a quien hay que obedecer por sus múltiples "virtudes personales") sino que, a la luz de otra visión paralela está el hecho de poder idealizar a alguien, lo que protege de los sentimientos negativos que pueden sentirse hacia éste. Por eso hay personas que luego de idealizar a alguien, caen en sentir animadversión y odio. Esta visión psicodinámica nos enseña cuán astuto es el comportamiento de estos jefes de secta, de estos personajes. Porque ellos utilizan estos sentimientos negativos que pueden estar detrás de una idealización para volverlos en contra de las familias, en contra de las personas hacia quienes los captados por las sectas tienen afecto.

Así ponen todo lo que es maldad en lo que fue la vida previa de estas personas, en sus padres, sus amigos, su trabajo. Van ubicando el odio y la agresión hacia lo que está "afuera" de la secta. Esto es disociar astutamente la idealización. Fuerzan a que pongan en el conductor, en los ayudantes, en los "ángeles protectores" o en quienes fuera, toda la admiración. Y lo que subyace a una idealización, que son los aspectos negativos, los agrandan y los desplazan de un modo siniestro en todo aquéllo que pudo haber sido lo más querido para sus reclutados.

Y continuando con este sistema perverso, hay que recordar que muchos candidatos de las sectas siguen llevando fuera de la secta una vida relativamente normal, muchos siguen en sus empleos, muchos siguen trabajando. Pero deben aportar y recolectar dinero para la secta o donar bienes.

Eso, ya vimos que provoca asombro en personas normales. Pero el temor de perder presuntos bienes espirituales y la idealización patológica conducen a que estas personas vulnerables ofrenden su dinero como si esto fuera un sistema con dioses poderosos a los que habría que agradar y calmar para no ser excluidos del grupo, que es el único camino para la salvación.

Disociación

Otro mecanismo que vemos usar, ampliamente descripto en la psicología dinámica, es la disociación. La disociación es un mecanismo muy primitivo. Le permite al niño separar lo bueno de lo malo, el placer del displacer, el amor del odio, como modo de preservar experiencias y afectos y dejarlos como compartimentos aislados, libres de la contaminación de sus contrapartes negativas.

La disociación se caracteriza por las manifestaciones clínicas de expresión alternante de comportamientos y actitudes contradictorias. Veremos la combinación del mecanismo de disociación con el de negación.

Negación

Este mecanismo es una defensa contra realidades que se perciben o viven, cuando éstas son demasiado perturbadoras. Los candidatos de las sectas disocian y niegan cuando ven todo lo bueno dentro de la secta y niegan todo lo bueno en el mundo externo y en el mundo de sus experiencias afectivas previas.

Estos mecanismos psicológicos los hemos visto claramente expuestos junto con la identificación con el perseguidor en los ocho puntos del "Sistema de totalitarismo ideológico" que ya describimos.

Consecuencias de la victimización por parte de una secta

Steven Hassan, quien fue miembro reclutado y reclutador de una secta, de la que pudo escapar, enumera de una manera muy clara los Problemas Psicológicos habituales en Víctimas del Control de la mente de una Secta, desde su experiencia de consultor en psicología del Cambridge College.

1. Extrema confusión de identidad.

2. Estados disociativos.

3. Pánico y ataques de ansiedad.

4. Depresión.

5. Trastorno de estrés postraumático.

6. Síntomas psicosomáticos: cefaleas, dolores varios, asma, problemas de piel.

7. Problemas para tomar decisiones que tienen que ver con la dependencia.

8. Retardo del desarrollo psicológico, en el sentido de la pérdida del poder psicológico.

9. Culpa.

10. Miedo.

11. Trastornos del sueño y pesadillas.

12. Trastornos de la alimentación.

13. Trastornos de la sexualidad.

14. Pérdida de la confianza, de la intimidad y del compromiso con la gente.

15. Sentirse amenazado.

16. Pérdida de amigos, de la familia.

17. Secuestro, violación espiritual del alma de la persona.

Está ampliamente reconocido que permanecer dentro de los confines mentales y sociales de una secta, aunque sea por un corto tiempo, puede traer los siguientes efectos desastrosos:

- Pérdida de la posibilidad de elegir libremente.

- Disminución de las habilidades intelectuales, vocabulario y sentido del humor.

- Uso reducido de la ironía, de las abstracciones y de las metáforas.

- Uso reducido de la capacidad para formar relaciones interpersonales.

- Capacidad de juicio empobrecida.

- Deterioro físico.

- Nutrición deficiente.

- Alucinaciones, pánico, disociación, culpa.

- Difusión de identidad y paranoia.

- Tendencias neuróticas, psicóticas o al suicidio.

A continuación una cita:

"Cuando Ud. encuentre la gente más amigable que haya conocido jamás, que lo introduce en el grupo más cariñoso que jamás haya encontrado; y Ud. encuentra allí el líder más inspirado, que se preocupa más, el más compasivo y comprensible que jamás haya encontrado. Y cuando puede aprender que la causa del grupo es algo que nunca se hubiera atrevido a esperar y que aquí puede verse cumplido, y todo esto suena tan bien, tan bueno (posiblemente es demasiado bueno para ser real), no olvide su educación, sus esperanzas y sus ambiciones para seguir un arco iris". La autora fue Jeannie Mills, quien fue miembro de una secta y luego fue encontrada asesinada. De CIC -Cult Information Center- Cite Index.

Diferencias entre una religión y una secta

Para aquellos que crean que una secta es "otra religión más" que la libertad de cultos permite, Richard Dowhower, experto en el tema y en el tratamiento de ex-adictos, enumera diferencias.

Las Religiones respetan a la autonomía individual.

Las Sectas hacen cumplir órdenes.

Las Religiones tratan de ayudar al individuo a encontrar sus necesidades espirituales.

Las Sectas explotan las necesidades espirituales del individuo.

Las Religiones toleran y hasta estimulan las preguntas y el pensamiento crítico independiente.

Las Sectas desalientan las preguntas y el pensamiento critíco independiente.

Las Religiones estimulan la integración psicoespiritual.

Las Sectas escinden a los miembros en el "self bueno en la secta" y el "viejo self malo".

La conversión a las religiones involucra un desarrollo de procesos internos coherentes a la propia identidad, respetando a la persona.

La conversión a las sectas involucra una rendición a fuerzas externas a las que muy poco les importa la identidad y el respeto de una persona.

Las Religiones ven el dinero como un medio sujeto a restricciones éticas para lograr propósitos nobles.

Las Sectas ven al dinero con un fin, y como un medio de lograr poder o los logros egoístas de los líderes. [Exigen contribución económica que puede incluir la donación de todos los bienes de una persona.]

Las Religiones ven al sexo entre el clero y los fieles como falto de ética.

Las Sectas someten a los miembros con frecuencia al apetito sexual de los líderes.

Las Religiones responden a las críticas con respeto, y están abiertas a discutirlas y aclararlas con argumentos.

Las Sectas frecuentemente intimidan a quienes critican con amenazas físicas o legales.

Las Religiones exaltan a la familia, y promueven su unión e integración.

Las Sectas ven a la familia como a un enemigo del que hay que separar a las personas.

Las Religiones estimulan a que las personas piensen cuidadosamente antes de comprometerse a unirse a ellas, dando todo el tiempo y la libertad necesarios.

Las Sectas estimulan a tomar rápidas decisiones con poca información y pérdida de la libertad para decidir.

Bibliografía

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Notas al pie:

1 En el presente trabajo se han incluido numerosos conceptos de los autores mencionados en la bibliografía. Los relacionados con los autores angloparlantes corresponden a traducciones más o menos libres y/o adaptaciones del texto original que me pertenecen. A. M. de Z.

2 Profesora de consulta. Facultad de Medicina UBA. Av. Santa Fe 3802 7º "A" (1425) Bs. As. Argentina.

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